27.12.11

Y hablando de correr...

[Cae la noche y las hordas en zapatillas salen a tomar la calle]

..aquí es donde vengo yo cuando tengo tiempo y ganas, aunque correr es posiblemente una de las cosas que menos me gusta hacer como deporte. Las pistas del Canal (oficialmente conocidas como Centro de Ocio y Deporte del tercer depósito del canal de Isabel II) son famosas por su campo de golf sobre todo. Pero es un parque amplísimo al que muchos chamberileros y monclovitas (los colegios mayores de Islas Filipinas están muy cerca) van a entrenar al atardecer. Y pese al odio que profesé durante toda mi adolescencia a cualquier ejercicio físico a veces me descubro feliz entre los corredores. Endorfinas. Malditas endorfinas embaucadoras...

Si algo te quema, Nike te hace reir

[Publicidad en tiempos de burnout]


Ahora que se aproxima la San Silvestre vallecana, Nike ha sacado una campaña dirigida a los verdaderos perjudicados por los tiempos que vivimos, los menores de 30 años. Venden zapatillas, sí, pero también desdramatizan las pequeñas y grandes desgracias de su vida. Éste es un ejemplo, pero podéis encontrar otros en el Metro con frases como "Tengo 26 años y aún vivo con mis padres", "Mi bailecito de ayer en Huertas hoy es trending topic" o "Mi novio se va de Erasmus a Brasil". ¿La solución? "Si algo te quema, quémalo corriendo". Me ha hecho reir, aparte de parecerme ingenioso y realista. La vida es dura, pero no hay que dejar que the slings and arrows of outrageous fortune nos hagan tirar la toalla. Sólo queda tirar hacia adelante, y esperar que alguna reserva oculta de endorfinas nos endulce la carrera.

25.12.11

Sidonie en el Price - regalo de navidad



[Marc Ros - qué grande es, todo un dandy]

Trasteando mientras envío algunos mensajes navideños que tenía pendientes he encontrado este tesoro: una selección de 9 canciones del concierto de Sidonie en el Price. Ya había contado por aquí lo bueno que me pareció el concierto, y ahora que lo escucho de nuevo enlatado, desde fuera, me parece mejor incluso. Lo único que no refleja fielmente es cómo todos cantábamos todas las canciones (incluídas las que presentaban, lo cuál dice mucho de la importancia de Spotify y similares en la escena musical actual). Have fun!










24.12.11

Wall-E's Song


[Jeff Tweedy es impresionante en directo, sólo o acompañado]

I will throw myself underneath
The wheels of any train of thought
Running off the rails
I'll sail you through the roadways of your brain
If I could bring a light to shine
Upon the dark and disobey
The night so young but
I still say we're too old for cliches.
Oh I can only dream of the dreams we'd share
If you were so inclined
I would love to be the one to open up your mind
I could base my whole existence
Upon the cherry-strands of your gold hair
I would ask, almost insist upon
Treating you kind and fair
Oh I can only dream of the dreams we'd have,
How our hearts would be entwined
If you would let me be the one to open up your mind
I'd still be myself beneath
The banks unbroken beside the stream
Ready to return your thoughts unlearned
So it goes, so it seems.
Oh I can only dream of the dreams we'd share
if you weren't so defined
I would love to be the one to open up your mind
If you would let me be the one to open up your mind


[Wilco, Open Mind]

21.12.11

Aforismos gallegos

[Hemos sido la mona que se viste de seda, y eso se paga]

Llevo dos semanas de tanto curro que ya no sigo ni las andanzas de la prima de riesgo, esa fulana inconstante que nos trae de cabeza. Pero echando un ojo a los resúmenes de la sesión de investidura me ha gustado mucho una frase de Rajoy (o del tipo que escribe sus discursos):

No se trata de recuperar lo que se fue, ni de regresar al lugar que ocupábamos porque ese lugar ya no existe. La España que hemos dejado atrás no va a volver, y esta vieja nación tendrá que rejuvenecer su actitud.

Me parece que resume perfectamente la más urgente necesidad del país: los jóvenes, parados o no, son los que tienen la tarea de buscar nuevas fuentes de queso. No podemos esperar que las salas en las que solía estar se llenen de nuevo, hay que avanzar.

Urtain: uppercut a la cuarta pared

[Álamo es Urtain, y es José Luis Íbar. Y también es cualquiera de nosotros]


Soy dura de oído, lo comentaba el otro día. Me cuesta no escurrir el bulto de las escuchas difíciles. Es la razón por la que me revuelvo si alguien sintoniza Radio 3: cierto, tiene programas en los que se emite la música que me gusta. Pero es música nueva lo que radia, y rarísima vez mainstream. Por más que me guste la música alternativa, las canciones nuevas me hacen sentir incómoda, me exigen una atención o una sensibilidad que no soy capaz de dar a demanda. No sé si se trata de resistencia al cambio o resistencia a las respuestas emocionales, pero una melodía conocida, contra la que ya estoy vacunada y que me permite hacer otras cosas convirtiéndose en un neutro ruido blanco, me relaja. Las melodías desconocidas, por el contrario, hacen saltar mis alarmas.

Este fenómeno no se limita a la música, ni tan siquiera es nuevo en mi vida. Desde muy pequeña he tratado de esquivar películas sospechosas de provocarme sentimientos. Ese momento emocional que hace saltar las lágrimas al más curtido en todo drama o comedia me ha traído ríos de lágrimas en cuanto me he dejado llevar. Al principio la manera de frenarlo fue no dejarme pillar por sorpresa, escapar: al crecer he ido perdiendo la capacidad de emocionarme, he visto muchas películas, he escuchado muchas canciones nuevas, y aún así, sigo sintiendo cierta prevención cuando sospecho que algo me va a provocar una respuesta emocional. Sigo huyendo.

Exactamente lo que sentí cuando el jueves por la noche puse la televisión con la simple pretensión de olvidarme del día. Imposible. Roberto Álamo me hablaba desde un ring, y aunque sabía que no debía verlo si quería mantener la garganta sin nudos, me dejó clavada en el sofá. No puedo decir que me quedara con ganas de ver la obra cuando estuvo en cartel, porque durante algún tiempo he tenido manía a Animalario (Willy Toledo y Alberto San Juan son un coñazo). Pero me sorprendió ver la versión que ha rodado Televisión Española al estilo Estudio 1, las interpretaciones iban más allá de lo convincente: ponían la carne de gallina, generaban repulsión, conmovían, divertían, excitaban... Esas emociones no me extrañan en el teatro como espacio, pero que se transmitan a través de la pantalla da una idea de lo potente que es la obra de Cavestany. Tanto que podemos reconocernos en el personaje del boxeador doblegado por la vida.

EL acierto de la puesta en escena, reside en un uso controlado de la visceralidad. Sigue el ritmo de los distintos asaltos, de manera que no te deja KO de inmediato, por desborde, sino que te gana el combate a los puntos, por acumulación. Es un combate, y una vida, y un tableau de los oficialismos del Régimen y de las miserias que escondía tras ellos - con comillas y más comillas para la gran misremembrance colectiva de los 40 años de Franco. Pero hasta eso, en Urtain, está bien hecho: como en una versión perversamente retorcida de Cuéntame en la que a los Alcántara les hubiera salido todo al revés, vemos en un asalto cómo Suárez conoce al boxeador triunfante que se prepara para visitar El Pardo, y en el siguiente a un Urtain cegado por la sangre que le mana de la ceja rota mientras grita aferrado a las cuerdas que le han robado la bolsa del combate, el dinero para sus hijos. Urtain que es Álamo, y que soy yo y otros muchos españoles que noqueados, tambaleándonos, miramos hacia las luces deslumbrantes, traicioneras, tratando de adivinar de dónde nos vino el golpe. Porque como marionetas saltamos cuando toca, nos doblamos si vienen mal dadas. Perdemos. Hacemos lo que toca con la esperanza de que sea lo correcto.

Pero la catarsis de verlo frente a nuestros ojos es otra historia, puede ser insoportable. Las respuestas emocionales ya son preocupantes per se, no hay necesidad de que las active el reconocimiento de los mil fracasos personales.


[Me ha gustado mucho pero, ¿estoy obviando cierto paternalismo en el montaje de Animalario]

15.12.11

Vuelve The Cool Outlet!



Llega la navidad, y con la navidad, la paga extra que por fin me va a sacar del agujero financiero (dios, qué triste saber lo que es ser Grecia...). El sindicato de mi empresa ya me ha soltado 60 euros, porque sí, ni afiliada estoy ni sé en concepto de qué me lo regalan. Y como el gimnasio por fin parece que empieza a notarse, es hora de volver a sumergirme en el paraíso de los vaqueros bonitos, baratos y bien cortados: vuelve The Cool Outlet!

9.12.11

La colección imaginaria

[A View of Certosa di San Martino with Castle Sant'Elmo, Naples (1782) Thomas Jones. La obra, temp0ralmente en la Fundación CajaMadrid, pertenece a The Berger Collection]

En cada exposición uno o dos cuadros sobresalen del resto. No tienen por qué ser los señalados en la guía ni los más famosos, simplemente llaman más mi atención, dejando el resto de obras en la bruma del recuerdo. ¿Por qué esos y no otros? Ni idea. No sé de arte más que de vinos, distingo lo que me gusta de lo que no, y me gustan muchas cosas. Se resume en que, al mirar la obra, puedo decir "eso es lo que veo, y así lo pintaría". Y si pudiera asaltar la galería como Thomas Crown, lo haría con tal de poder tener el cuadro en casa y disfrutarlo a placer. Así me ha ocurrido con el que tenéis arriba. La luz, el enfoque fotográfico que impone límites a lo que vemos ocultándonos gran parte de lo que pasa, el meticuloso realismo, el cálido tratamiento, la similitud con el castillo de Peñafiel visto desde la plaza del Coso... Ayer me hubiera gustado salir del viejo edificio de exposiciones con él bajo el brazo.

La Fundación Caja Madrid y el Museo Thyssen se han aliado este otoño de nuevo. La primavera pasada fue con la excusa de los Jardines Impresionistas, y éste por las Arquitecturas Pintadas. La mitad alojada en el edificio de la plaza de San Martín contiene las obras más recientes, que cubren principalmente el periodo del Grand Tour: hubo un tiempo en Europa en el que Ryan Air no ofrecía turismo en masa de usar y tirar, sino que los proto-Erasmus recorrían Italia y Grecia en busca de conocimiento. Los paisajes romanos del siglo XVIII muestran una ciudad bastante más pequeña de la actual, en la que las ruinas (que ahora son iconos, como el Coliseo) estaban abandonadas o comidas por la vegetación. Son cuadros a caballo entre varios movimientos culturales. Por un lado se centran más en el paisaje (urbano o no) que en las personas, y buscan un mayor naturalismo ( si por eso puede entenderse realismo de la naturaleza). Por otro, las ruinas no sólo revelan la grandeza del pasado, también muestran su decrepitud, son al mismo tiempo monumento a la gloria de antaño y a su fugacidad.

Los antiguo templos se convierten en paraje de ladrones, en improvisados mercadillos de antigüedades; se representan sus piedras recicladas en una arquitectura mucho más funcional, humilde incluso. Las casas se construyen aprovechando un viejo arco quebrado. Son obras que parecen estar pensadas para ser cantadas por Thomas Gray, un neoclasicismo equilibrado que integra el reciente pasado, del que proviene, y el inmediato futuro: la vieja tradición barroca que opone sueño y realidad, la fascinación romántica por lo sublime. Cuanto más conozco el siglo XVIII más me sorprende y mayor es mi curiosidad. ¿Quién habría podido esperar que un artista galés bastante desconocido, como Jones, fuera capaz de saltarse siglos de tradición al pintar un cuadro como éste? "Cultural revolutions don't happen overnight", que decían mis mayores.


[Impresionantes también los cuadros de Bernardo Bellotto, que sigue la estela de su tío Canaletto, y sin embargo, se ciñen más a la perspectiva fotográfica. Como ejemplo, la vista singular que pinta de Sta Mª de Aracoeli en el Capitolio. Sombras, casuchas en primer plano, palacios recortados al fondo...]

28.11.11

Inmersión en El Fluido García

[Marc tocando en primer plano en el Teatro Circo Price el 24 de noviembre]


El jueves pasado hice algo que tenía completamente olvidado. Decidí que iba a un concierto, y en lugar de meditar durante días si compraba las entradas o no, las busqué y compré para ir con unos amigos a los que no tuve que convencer demasiado. Lo hice sin más, y no fue tan difícil, por lo que cada vez que he dejado de hacer estas cosas ha debido ser porque no me he atrevido, sin más. No hace tanto que escucho Sidonie, aunque mi hermana lo ponga a menudo. Un día sonaban en el cuarto de al lado cuando de pronto me dí cuenta de que estaba tarareando una canción fuera de lo común. Era Los Olvidados.

Soy difícil de convencer, las escuchas complicadas me hacen ahuyentar la ocasión. Pero si algo me engancha, no me canso de descubrir canciones nuevas. Y a veces ni siquiera hace falta escuchar demasiado. Llegué al concierto sabiéndome 5 canciones justas, pero El Fluído García me sorprendió, me despertó la curiosidad. Había momentos en los que parecíamos estar en un concierto de rock de los 70, con solos de guitarra que podría haber tocado Jimmy Page. Pero las canciones, siendo parte del espectáculo, no se pueden igualar a la posibilidad de ver a los músicos en marcha, de escuchar sus voces engatusadoras - y la voz de Marc lo es: grave, suave y retro como ese batín de seda sergegainsbourgiano con el que se presentó en el escenario. Sidonie saca de mí una faceta que creía extirpada, de alguna manera me trae brisas de ciudad levantina de los 70. Desentierra imágenes de una infancia bañada por la luz del Mediterráneo. Pero ¿cómo?

Marc canta y toca fenomenal, pero sobre todo aglutina en las letras una cantidad tremenda de referencias literarias, musicales y cinematográficas.¿Quién se puede resistir ante esos pequeños puzzles? Este fragmento de Bajo un cielo azul (de papel celofán) sugiere todo un caleidoscopio de lecturas. Me pregunto si soy un poco barcelonesa bajo mi madrileñismo rampante.

Busque refugio, querido lector,
Aprenda a escapar.
Desaparezca en su viejo sillón
Ahuyente lo real.
Laalalalala
Disfrute su estancia en Florencia
Laalalalala
Y las vistas de su habitación.
Sienta el asfalto quemar en sus pies
En la gran ciudad.
Recorra las vidas que tiene el papel,
No deje de andar.
Laalalalala
Viaje al fin de la noche
Laalalalala
Y arranque las flores del mal...
Nos han creado, es una invención,
tú y yo, siempre en la ficción.




[Child Reading - Red (1970) Will Barnet]

27.11.11

Vagabundos del Atlántico norte

[Shadow vagaba por Islandia inmerso en estas reflexiones, yo por la isla de Ons tomando fotos]


He sat down on a grassy bank and looked at the city that surrounded him, and thought, one day he would have to go home. And one day he would have to make a home to go back to. He wondered whether home was a thing that happened to a place after a while, or if it was something that you found in the end, if you simply walked and waited and willed it long enough.

He pulled out his book.

[Neil GAIMAN 2005 American Gods. London: Headline Book Publishing. Page 633]

Anoche terminé el libro, y el concepto todavía me tiene enganchada, incluso asombrada (me ha sorprendido tanto que algo me sorprenda...). Los viejos dioses viajan a América arrastrados por emigrantes devotos, y malviven en los resquicios de la adoración. Y mientras se fragua el escenario de una nueva saga, visitamos la América profunda a través de carreteras secundarias. No sé si America es mal lugar para los dioses, pero está claro que es el escenario ideal para que lo gótico se desarrolle en la sombra. Ni una ciudad pacífica y aburrida como Lakeside está a salvo de lo que se esconde en sus sótanos. Y el que ha sido tocado por lo trascendente o lo numinoso ya no está tranquilo nunca más, ni puede creer en el hogar.

Sólo le pondría un pero: si hay dioses que hayan dejado huella en el nuevo continente, no se me ocurre por qué los nórdicos tendrían que ser los más potentes. Tlaloc y Quetzalcoatl tendrían bastantes más opciones de sobrevivir, y emigrantes mexicanos no faltan en EEUU. Aparte de eso, me parece genial la idea de introducir a Mr. Ibis, Jacquel, Horus y Bast. La visita a Cairo (tendría que releer Huckleberry Finn, me parece recordar que era una de sus paradas) es uno de mis episodios favoritos, uno imagina una casa anclada en los tiempos de los egiptólogos ingleses. Dos viejos embalsamadores vestidos como Lord Carnavon y la pequeña tigresa inician a Shadow en los misterios - Gaiman tiene que tener una para haber descrito de manera tan exacta sus movimientos (pag.220):


The door creaked open and the cat slipped between the doorpost and the door and padded across the room, then up on the windowsill. 'Hey,' he said to the cat. 'I did shut that door. I know I shut that door.' She looked at him, interested. Her eyes were dark yellow, the color of amber. Then she jumped down from the sill, onto the bed, where she wrapped herself into a curl of fur and went back to sleep, a circle of cat upon the old counterpane.

21.11.11

La Vaquería Suiza - y cenar fuera como teoría

[Cenar con amigos es de las pocas cosas que pueden mejorar con el tiempo]

Lentamente voy entrando en los pequeños vicios de la ciudad, como éste de ir a cenar a sitios distintos cada vez. Cuando escribo sitios no soy estricta en la definición: estoy hablando de restaurantes modernos, de entre 20-30 euros, con una carta desenfadada (ni cosas muy pesadas ni demasiado tradicionales) y, muy importante, atractivos por la decoración. Hoy estaba haciendo memoria, y si alguien me hubiera dicho hace 10 años que el factor ambiente sería importante para mí, no lo habría creído. Me pregunto si este reciente enfoque lúdico de los espacios (la frase es de Forges) viene aparejado con la edad y los mejores sueldos, o es que el gusto está hecho de mil disgustos, y a fuerza de probar voy desarrollándolo. Buen o mal gusto, eso es discutible. Una tercera explicación es que una cena deliciosa en un restaurante especial siempre te devuelve un poco a las veladas agradables del pasado. Y reeditar nos mantiene vivos.

Pero volvamos a La Vaquería Suiza, que era totalmente desconocida para mí hasta que mi amiga G. (que me lleva bastante ventaja en esto del hotspotting) comentó que estaba muy bien para tomar algo después del trabajo. El viernes pasado por fin surgió la posibilidad de pasar por allí, y nos dirigimos a Blanca de Navarra 8, una calle por la que no había pasado jamás (y eso que tengo bastante trabajada la zona de Chamberí y Alonso Martínez). Casi nos lo pasamos al bajar, y es que sólo una placa antigua medio descolocida de esas que tienen las antiguas mantequerías del barrio de Justicia (me pregunto si el nombre es heredado de un antiguo local) marca el sitio. Cuando por fin te paras y miras a través de los ventanales blancos de madera, se distingue un ambiente cálido y agradable, gente joven (o como sean los de mi edad) bebiendo vino rodeados de cuadros, plantas y muebles retro. Pintura clara, ventanales, ladrillo visto... esas cosa ganan mi confianza bastante rápido.

Aunque me gustó mucho el sitio tengo que reconocer que deberían mejorar algunas cosas, principalmente la carta: al principio me pareció bien que fuera corta, incluso accedí a cambiar de plato cuando me dijeron que ya no les quedaba el que había elegido (eran las 10 de la noche!). Pero cuando nos trajeron la cuenta me tuve que replantear todo ("¿cómo no se me ha ocurrido pedir la carta de vinos antes de pedir?" martilleaba en mi cabeza). Por esos precios no deberían tener roturas de stock, da la impresión que no tiene demasiado bien cuadrada la logística, o que la cocina o el cocinero son limitados. Y es una lástima, porque es un restaurante al que apetece volver, porque tiene encanto. Uno de esos sitios en los que la conversación fluye fácilmente, animada por la de las otras mesas, y las copas de vino te encienden las mejillas lo suficiente como para atreverte a pedir postre (que traen en lanchas de pizarra, tan chic). Uno de esos sitios que permite reeditar las noches mágicas de confidencias y silencios. De miradas.

Ahora lo tengo: nos gusta cenar con gente especial en sitios bonitos porque nadie quiere recordar momentos mágicos en un KFC.

11.11.11

This land is your land

[Siempre es extraño pensar la diferencia que marca estar por encima o debajo de las nubes]

No sé, me ha dado hoy por las películas y la música. Pero es que es mi tercer día de acueducto, y después de una temporada de vacío existencial y temporal por fin puedo ir recuperando poco la costumbre de escribir. O lo que sea, dejémoslo en "publicar". De pronto ha sonado en mi iPod "this Land is you Land" y la voz de Sharon Jones me ha devuelto al comienzo de Up in The Air, me encantan las vistas desde un avión.

Cada país tiene su propio paisaje aereo, desde las parcelas inmensas de color pardo salpicadas de copas globosas de encinas en España hasta el mosaico de verdes y gris acero de los terrenos rodeados de canales de Holanda. El mundo parece una maqueta de sí mismo visto desde la cabina de una avión, especialmente las montañas, esos irreales bloques de cartón pintado sobre los que se ha espolvoreado harina.


En mi último vuelo pude ver el Mont Blanc nevado, y como cada vez que he pasado por los Alpes, me han impresionado. Tanto vistos desde abajo, como en aquel viaje que hice con el colegio a los 15 años y paramos en Innsbruck y Vaduz, como en esta vista aérea que recuerda las palabras del poeta:


Far, far above, piercing the infinite sky,
Mont Blanc appears-still, snowy, and serene-
Its subject mountains their unearthly forms
Pile around it, ice and rock; broad vales between
Of frozen floods, unfathomable deeps,
Blue as the overhanging heaven, that spread
And wind among the accumulated sleeps;


[No es nada fácil sacar buenas fotos por ese ventanuco, pero se ve el glaciar]

9.11.11

Sólo somos engranajes

WORLD ORDER / Machine Civilization
[El baile ilustra cómo funciona el mundo. Todos nuestros movimientos hacen girar la gran rueda]

Hace unos días fuí al cine a ver una película que sólo he visto anunciada en banners en internet (aparte de la reseña en Expansión), pero merece la pena. Margin Call (2011) reune casi de manera casual a un puñado de (grandes) actores que interpretan su papel sin darse importancia. Usando como punto de origen una firma detrás de la que se adivina a Lehman Brothers, explica una vez más qué es lo que nos está pasando, y cómo nos hemos embarcado en la misión imposible de vivir por encima de nuestras posibilidades, corriendo alegremente hacia el precipicio con los ojos vendados. Pero ¿acaso no se nos ha entrenado para ganar dinero y comprar cosas? Lo enmascaramos bajo el pretexto de vivir como gente de gusto que se rodea de objetos bellos, elegantes, únicos y de lujo. Como gente especial.

Lo que más me gustó fue el enfoque desde el punto de vista de los propios agentes y ejecutivos. Nada de lacrimógenas escena de familias desahuciadas de sus casa, o larguísimas colas del paro o viejecitas estafadas. Nada de eso. Miramos desde los ojos de los primeros de la clase, que han entrado en el juego a su debido precio. Los estudiantes de ingeniería aeronáutica pasan de calcular órbitas de satélites a hacer proyectos para una consultora, a vender y comprar en "los mercados" (esas regiones misteriosas y demónicas), porque total, "sólo son números". Los números, a pesar del dinero, con el tiempo dejan de ser divertidos. Los números, las transacciones con valores en constante cambio, al final parecen llenar menos que construir un puente o escribir un libro. Pero los números también son áticos, zapatos de Louboutain, un Aston Martin, vinos selectos. Y la búsqueda suicida de algo más, como la de Will, el personaje que interpreta Paul Bettany. Es uno de los personajes más interesantes de la película, porque refleja todas las contradicciones de ser parte del sistema. Mi cita favorita de la película sale de sus labios:

Listen, if you really wanna do this with your life you have to believe you're necessary and you are. People wanna live like this in their cars and big fuckin' houses they can't even pay for, then you're necessary. The only reason that they all get to continue living like kings is cause we got our fingers on the scales in their favor. I take my hand off and then the whole world gets really fuckin' fair really fuckin' quickly and nobody actually wants that. They say they do but they don't. They want what we have to give them but they also wanna, you know, play innocent and pretend they have know idea where it came from. Well, thats more hypocrisy than I'm willing to swallow, so fuck em. Fuck normal people. You know, the funny thing is, tomorrow if all of this goes tits up they're gonna crucify us for being too reckless but if we're wrong, and everything gets back on track? Well then, the same people are gonna laugh till they piss their pants cause we're gonna all look like the biggest pussies God ever let through the door.

[Actores. Nadie saber disfrazarse mejor según la ocasión, en Sundance les tocaba estilo gafapasta.]

8.11.11

Morimos un día cualquiera

[Romeo liderando sus huestes. Otro aragonés perdido para la causa]

Acabo de enterarme, casi de manera casual, de la muerte de Félix Romeo. Aunque no he leído ninguno de sus tres libros, recuerdo perfectamente cuando se publicó Dibujos Animados. Yo vivía entonces la vida del estudiante emigrante en Madrid, y algunas veces daba vueltas por el Vips de la calle Fuencarral para matar el tiempo y buscar inspiración en los libros, que se podían hojear y casi leer de una sentada. De aquella contraportada creo recordar (pero igual me equivoco) una foto de Romeo con boina, posando en la carcel como un Ché rubicundo. Siempre he sentido admiración porque decidiera ir a la carcel y no convertirse en un martir, sino transformar la experiencia en literatura y metaliteratura. Y lo recuerdo a mi pesar, porque sé lo que buscaba cuando husmeaba entre los libros: referencias que poder usar en mi correspondencia. Criatura lastimosa que era entonces, al menos ahora ya no escribo cartas. Ya no escribo, en general.

Más que leer a Romeo, lo que siempre me ha gustado es escucharlo. Sus entrevistas en La Mandrágora, perspicaces y apasionadas (muy alejadas de las de Vidal-Folch en Nostromo, al que tengo cierta manía). Y sus intervenciones en radio, como ésta, la última que realizó, justo dos días antes de morir de manera inesperada de un paro cardiaco. Me quedo con el relato divertido que hace del nombramiento a título póstumo de caballero a Cervantes, y con su frase de despedida: "Subiremos en Clavileño y que sea lo que dios quiera".

6.11.11

Chesterton aliterante

[Keitel y Carradine en guardia, paisaje digno de Monet si hubiera amapolas. The Duellists (1977) está basado en un relato de Conrad, pero Ridley Scott seguramente leyó también a Chesterton.]

[...] But he saw that these fears were fancies, for he found himself in the presence of the great fact of the fear of death, with its coarse and pitiless common sense. He felt like a man who had dreamt all night of falling over precipices, and woke up on the morning when he was to be hanged. For as soon as he had seen the sunlight run down the channel of his foe's foreshortened blade, and as soon as he had felt the two tongues of steel touch, vibrating like two living things, he knew that his enemy was a terrible fighter, and that probably his last hour had come.

He felt a strange and vivid value in all the earth around him, in the grass under his feet; he felt the love of life in all living things. He could almost fancy that he heard the grass growing; he could almost fancy that even as he stood fresh flowers were springing up and breaking into blossom in the meadow - flowers blood-red and burning gold and blue, fulfilling the whole pageant of the spring. And whenever his eyes strayed for a flash from the calm, staring, hypnotic eyes of the Marquis, the saw the little tuft of almond trees against the skyline. He had the feeling that if by some miracle he escaped he would be ready to sit for ever before that almond tree, desiring nothing else in the world.

[G.K. CHESTERTON (2007) The Man Who Was Thursday. London: Penguin. Pg. 127]

1.11.11

Bajo el volcán (griego)

[La música de Wilco, más que sus letras, desata mi imaginación y la nostalgia]

Desde que pasé mi primer (y único) día de Todos los Santos en México DF tengo ganas de dedicar el festivo a leer Under the Volcano. Lo he buscado por casa de mis padres y no aparece. Espero no tener que sumarlo a la lista de cosas que llevo perdidas en los últimos tiempo. Sólo en dos meses he dejado por el camino una pulsera, el reloj y las gafas de sol. Las pérdidas no se limitan a objetos, también (especialmente) a oportunidades. Hoy, por ejemplo, Wilco está tocando en el Price, y como decidí no comprarme la entrada en su momento he tenido que conformarme con escucharlos en el iPod con las luces apagadas. Jo.

En fin, la lista de lo que no he hecho es tan abultada y escandalosa que mejor no hurgar en ella y centrarse en lo que ha sido este 1 de noviembre. Ignorante de la que estaba liando Papandreu con sus declaraciones (que va a someter las medidas de la quita etc a referendum, va y dice), ignorante de que la bolsas caían es espiral, las primas de riesgo subían como la espuma y Angela Merkel escuchaba Beethoven para animarse a invadir Grecia y solucionar de un plumazo todos nuuestros problemas, me he lanzado a la calle. Noticias como éstas empiezan a quitarme el hambre y las ganas de asomarme a los escaparates, 5 millones de parados ya son suficientes como para que este señor se descuelgue con semejantes frivolidades, porque la decisión ya no le corresponde a los griegos, el problema es de varios millones más de europeos.

Pero esta mañana, por más nublada que haya amanecido, no me imaginaba nada parecido. Las calles del centro estaban repletas de gente, muchos, como yo, entraban en las tiendas a mirar y poco más. Otros hacían cola para entrar a la exposición de la Fundación Caja Madrid (tantos que desanimaban, ya veré en otra ocasión Arquitecturas Pintadas). Al final, en la Casa del Libro de la calle Maestro Guerrero no he podido resistirme más y he comprado Rayuela (que jamás he leído, mea culpa) y el que tenéis debajo, American Gods, de Neil Gaiman. He hojeado un poco éste último y tiene pinta de enganchar desde la primera página. No me gusta celebrar Halloween, pero no me parece mal cerrarlo con este punto gótico.

En realidad no puedo cerrar el episodio de la Casa del Libro con un punto gótico, tengo que cerrarlo con uno jocoso, esperanzado, y algo patético: cuando estaba pagando en caja, el chico que me atendía, al darle la tarjeta de crédito, me ha preguntado si tenía carnet joven. Me ha asombrado tanto que sólo he podido exclamar "¿Cómo dices?", y él me ha repetido la pregunta, con cara inocente. Qué momento de ternura y felicidad (o quizás autocompasión) he sentido en ese momento. "No, pero ya me gustaría", he respondido. Y se ha empezado a reir, ignorante de que acaba de realizar la buena acción del día. Terminada la transacción, cuando ya recogía mi ticket y mi bolsa se lo he agradecido, entre más risas. Y aquí estoy, preguntándome todavía si el tipo es miope, si lo ha preguntado mecánicamente, si era irónico o si (y ésta es la que me gusta) tanto tarro de crema funciona de verdad.


[Si lo empiezo esta noche estoy perdida, lo presiento]

Mi vida lejos de Nels Cline


[Hoy toca Wilco en Madrid y yo en mi casa, escuchándolos con el iPod]

There's a random painted highway
And a muzzle of bees
My sleeves have come unstitched
From climbing your tree
And dogs laugh, some say they're barking
I don't think they're mean
Some people get so frightened
Of the fences in between
And the sun gets passed from tree to tree
Silently, and back to me
With the breeze blown through
Pushed up against the sea
Finally back to me
I'm assuming you got my message
On your machine
I'm assuming you love me
And you know what that means
Sun gets passed, sea to sea
Silently, and back to me
With the breeze blown through
Pushed up above the leaves
With the breeze blown through
My head upon your knee
Half of it's you, half is me
Half of it's you, half is me


[Wilco, Muzzle of Bees]

5.10.11

Una movida

[Ni CDteca, una antigua discoteca es lo que tiene Los Sotanillos, bareto de Ávila]

Siempre que sale la discusión sobre la música que se hace actualmente en nuestro país alguien pronuncia indefectiblemente esta sentencia: "En la Movida los grupos sí que eran realmente libres y creativos, no como ahora". No como ahora según y cómo, señores míos: ya está bien de llevar cargando la cruz de un tiempo creativo más fructífero a nuestras espaldas. La Movida, que inspiró durante mucho tiempo a más de una generación, ahora es ese aburrido metro de platino e iridio con el que todo movimiento musical se compara. Personalmente yo estoy harta de tener que recurrir a la manoseadísima Bola de Cristal para saber si algo es bueno o malo.

Creo que los grupos de los últimos 20 años (desde los indies de mis años de bachillerato y COU hasta los actuales) han sabido encontrar una vía alternativa, en parte volviendo a la rutina de los conciertos más pequeños pero más frecuentes, después de los tiempos de llenar estadios a costa de los ayuntamientos. Por otra parte, la tecnología (que no les ha hecho la vida más fácil en lo que respecta al pago por las canciones) sí está facilitando la difusión y el boca a boca. Nunca escucho a mis grupos españoles favoritos en los 40 Principales, me entero de lo que hacen por Facebook, escucho las canciones en Spotify o Grooveshark, o veo el vídeo en Youtube. Hasta el concepto mismo de disco y canción han quedado erosionados. Ya no sabemos cuál es el orden en un álbum, ni lo escuchamos entero reverentemente como si fuera palabra de Dios. Y las canciones son revisadas, versionadas, cantadas con otros grupos, difundidas en directo, o en vídeos no oficiales hechos por los fans.

Aun así, si alguien está interesado, hace poco emitieron un documental sobre la Movida vista en retrospectiva, y me pareció muy interesante y divertido - aquella gente igual cantaban de pena, pero tenían mucho sentido del humor. Puedes verlo aquí.

3.10.11

Liderazgo según Scariolo

[Siempre me ha gustado ese modelo de Adidas. La fuente es El Mundo.]

Esta entrevista de Scariolo se publicó en el Magazine del Mundo durante la Eurocopa de baloncesto, y dos de las respuestas del entrenador de la selección nacional me dejaron pensando. La clave de su éxito, por lo que explica, es poner en un segundo plano su ambición y su persona, y dedicarse a servir al grupo para que éste pueda sacar lo mejor. ¿De verdad será así? Por lo que conozco me parece muy complicado no ceder a la tentación de "brillar".

[La vida desde los cómodos zapatos del mister] se ve bien en la medida en que consigas reconducir tu ego a un lugar secundario.

Empiezas en este trabajo sintiéndote Napoleón; luego entiendes que tu función es coordinar, lubrificar, juntar. Lo ideal sería ser invisible.

30.9.11

Memoria de un perfume


[No hay droga más dura y adictiva que el romance]

Wake up look me in the eyes again
I need to feel your hand upon my face
Words can be like knives
They can cut you open
And the silence surrounds you and hunts you
I think I might’ve inhaled you
I could feel you behind my eyes
You've gotten into my bloodstream
I could feel you flowing in me
Words can be like knives
They can cut you open
And the silence surrounds you and hunts you
I think I might’ve inhaled you
I could feel you behind my eyes
You've gotten into my bloodstream
I could feel you flowing in me
The spaces in between
Two minds and all the places they have been
The spaces in between
I tried to put my finger on it
I tried to put my finger on it
I think I might’ve inhaled you
I could feel you behind my eyes
You've gotten into my bloodstream
I could feel you flowing in me
I think I might’ve inhaled you
I could feel you behind my eyes
You've gotten into my bloodstream
I could feel you flowing in me.


[Stateless, Bloodstream]

27.9.11

99 años de Lamarca Hermanos

[La foto sólo es regular, pero se ve al fondo otro rincón singular]


Desde que me he hecho chamberilera he perdido la pista al barrio de Justicia, que ha sido el mío durante 13 años. Ahora por fin parece que, a pesar de la crisis, vuelven a restaurar algunos edificios - que dicho sea de paso, jamás he visto limpios en mi vida. Justicia debió ser en tiempos señorial, pero los 70 y 80 los vivió a tope: a pocos metros de aquí estaba el famoso Kwai, bar canalla regentado por un asturiano con pinta de dinamitero loco que sólo servía ron y whisky DyC. Sólo hay que echarle un vistazo al vídeo original de "Menea el bullarengue", el vejete de la derecha era el barman, y sólo se retiró cuando muy mayor se rompió la cadera.

En fin, las capas de pintura están sacando a la luz un Madrid más fotografiable y presuntuoso. El antiguo edificio de Lamarca Hermanos, fabricantes de carruajes desde 1902, ha pasado décadas bajo una capa de mugre y pintura desconchada, y ahora ya no pasan borrachos desarrapados por delante, si no los niños bien que han hecho de Lo Siguiente un nuevo sitio de moda. Aquí podéis ver mejor la transformación. Me pregunto si estas cosas pasan porque el edificio está en la zona de influencia de la SGAE y el nuevo domicilio de Alberto Ruiz Gallardón.


[Incluso le han dejado un grafitti en la esquina con Regueros]

Negligencias

[Aquí tengo el mantra, de momento. Hasta que la de la limpieza lo descubra]

Hace un par de semanas la cita de mi calendario del trabajo me dejó noqueada. Tengo uno de esos almanaques anticuados en los que hay que pasar la hojas (uno de esos que usaban en las películas antiguas para hacer metáfora del vuelo del tiempo) y cada día trae su frase inspiradora.

Este señor chino, Cho Tsan-King, del que todo lo desconozco salvo su perspicacia, me ha dado la clave, de momento, para nadar en las aguas turbulentas de mi trabajo en estos tiempos. La ligereza, pasar por alto los pequeños detalles decisivos, ha sido mi error siempre.

25.9.11

Indian summer


[Después del veranillo de San Miguel, acaban los días buenos]

In the delta sun, down in Arkansas
It's the great god bird with its altar call
And the sewing machine, the industrial god
On the great bayou where they saw it fall
It's the great god bird down in Arkansas

And the hunters beware, o'er the fisher's fowl
And paradise might close from its safe flight flawed
It's the great god bird through it all

And the watchers beware, lest they see it foal
And paradise might laugh when at last it falls
And the sewing machine, the industrial god
It's the great god bird with its altar call
Yes, it's the great god bird with its altar call
Yes, it's the great god bird through it all

[Sufjan Steven, Great God Bird]


[Esto no es Arkansas, es el Far West cacereño. Y se podría haber filmado algo parecido.]

Cambio de estación

[La foto es del atardecer en Llanes en junio, pero es una foto de closing time.]

Pues ya está, ha pasado el verano, y sobre todo, ha pasado septiembre. Un mes complicado siempre, que me ha dejado sin energías, al contrario que años anteriores. Todos los años escribo (todos sin excepción me atrevería a decir) que el otoño es el tiempo de que pasen cosas. Pero este noveno mes me ha puesto a prueba en todos los sentidos, y es que me ha recordado cada uno de los días que me he hecho mayor, y las decisiones importantes ya las he tomado, para bien o para mal. He vivido cada septiembre de mi vida en uno.

Miro hacia a trás y trato de encontrar esa línea que une los puntos que tan famosa ha hecho Steve Jobs. La línea está ahí, correcto. El problema es que une hitos un tanto dudosos, más anticlimáticos que extáticos. Tengo la sensación de que cada vez que he estado encaminada, al llegar a la encrucijada he escogido el camino fácil, y de alguna manera eso ha hecho que me aleje bastante de la ruta original. Que el camino me ha hecho más sabia, sí, que he aprendido mucho sobre como funcionan las personas, sí. Que me he equivocado mucho, también. Pero no, no estoy más cerca de la meta, a no ser que el objetivo, sin yo saberlo, fuera darme sabiduría en la vejez, y no felicidad. Aunque ya sé que es un hecho casi probado que la felicidad sólo surge de la candidez, la ignorancia y algo de dinero.

No sé si es la única manera de salir adelante o si es mero escapismo salir cada mañana a la calle pensando que todo puede cambiar. Es también algo muy settembrino, al menos en mí. El cataclismo que acabará con el mundo va de la mano del detalle que salva el día, y si estoy a punto de tirar la toalla, salgo a correr un poco y se me cura el fatalismo al ver que todos somos el mismo escarabajo pelotero que sube la colina como Sísifo.

14.9.11

El 11º aniversario de la pérdida de un libro

[El autor firmando ejemplares no lejos de dónde se sucedieron los hechos aquel día singular]

Coincidiendo con las fechas históricas en las que perdí mi ejemplar de La Cripta Embrujada (que atesoraba desde que mi profesor de literatura de 8º tuvo la feliz idea de usarlo en clase) he terminado de leer La aventura del Tocador de Señoras de Eduardo Mendoza. Gran desilusión: lo compré con muchas ganas porque quería ver cómo culminaban las hazañas del innombrado protagonista, pero he terminado luchando cada noche contra el sueño para terminarlo, porque ni es ya divertido, ni fresco, ni se distinguen voces en los personajes (todos usan la misma farfolla lingüística que me hizo gracia entonces y que aparece en más libros del autor (estoy pensando en Sin noticias de Gurb y Una Comedia Ligera). Sólo hacia el final, en la página 259 de mi edición limitada 10 años Booket, la siguiente frase me ha hecho soltar una carcajada:


"Lo único que puedo asegurar es que en ninguna ocasión, ni siquiera en los más críticos bretes, he visto, conforme suele contarse, pasar ante mí mi vida entera como si fuera una película, lo que siempre es un alivio, porque bastante malo es de por si morirse para encima morirse viendo cine español."

De cómo perdí aquella sobada edición de bolsillo de Seix Barral en el Retiro habría tanto que contar... Podría incluso escribirse una decente cuarta parte.

13.9.11

Martes y trece. Septiembre.


[El vídeo no hace justicia a esta canción perfecta.]

En mi celda acolchada tienen mi cabeza vendada,
me espera una sesión de electroshocks para que recupere la razón.
En mi camisa de fuerza escucho hablar tras la puerta.
Los medicos preparan la poción
es una dosis superior, sí, por favor.
-Lo sé, es horrible el sabor,
pero ya verás te sentirás mejor.
Perdón, no me presenté,
soy la paciente de la celda tres.
En la pista de baile danzamos canciones en braille
aquí los locos lo pasamos bien con un aguijón en nuestra sién.
Siento calambres hermosos en mi sistema nervioso,
nada de esto me hace efecto ya porque no consigo olvidar.
-Díme ¿por qué estás aquí?

¿Qué recuerdo quieres extinguir?
Te van a lobotimizar,

la enfermera empieza a conspirar.
No te puedo olvidar, lo siento, no te puedo olvidar.
Aunque lo nuestro se acabó

brillará como una estrella que murió.
No te puedo olvidar, lo siento, no te puedo olvidar.
Aunque lo nuestro se acabó

brillará como una estrella que murió.

-Mentí, yo no te olvidé

y sé que esto me va a enloquecer.
Soy yo el intenso fulgor

que ya no ves porque alguien lo apagó.

[Sidonie, Los Olvidados]

31.7.11

vuelta a los infiernos

hoy terminan mis vacaciones y como millones de españoles, no tengo ningunas ganas de trabajar mañana. Ni usar el nuevo iPad familiar mitiga la pereza- es mas, me he enfadado con Steve Jobs porque no trabaja con flash y no me deja subir fotos que acabo de hacer, cosa que no entiendo.

tiempo habrá para mas, de momento lo dejo aquí, con adverbios sin acentuar.

13.7.11

Lady Sparta

[Siempre me ha intrigado el libro que tiene entre manos. Hotel Room (1931) Edward Hopper]

Back at the hotel, watching her loosen, then comb out
her russet hair in front of the window, she deep in private thought,
her eyes somewhere else, I am reminded for some reason of those
Lacedaemonians Herodotus wrote about, whose duty
it was to hold the Gates against the Persian army. And who
did. For four days. First, though, under the disbelieving
eyes of Xerxes himself, the Greek soldiers sprawled as if
uncaring, outside their timber-hewn walls, arms stacked,
combing and combing their long hair, as if it were
simply another day in an otherwise unremarkable campaign.
When Xerxes demanded to know what such display signified,
he was told, When these men are about to leave their lives
they first make their heads beautiful.
She lays down her bone-handle comb and moves closer
to the window and the mean afternoon light. Something, some
creaking movement from below, has caught her
attention. A look, and it lets her go.

[Raymond CARVER 1989 "Thermopylae"]

The Goodbye Session



Oh she's only seventeen
Whine whine whine, weep over everything
Bloody Mary breakfast busting up the street
Brothers fighting, when's the baby gonna sleep
Heaving ship too sails away
Said it's a culmination of a story and a goodbye session
It's a tick of our time and the tic in her head
that made me feel so strange
So I could call you baby, I could call you, dammit,
it's a one in a million
Oh it's the rolling of your Spanish tongue
That made me wanna stay
Oh she's only seventeen
Whine whine whine, weep over everything
Bloody Mary breakfast busting up the street
Brothers fighting, when's the baby gonna sleep
Heaving ship too sails away
Said it's a culmination of a story and a goodbye session
It's a tick of our time and the tic in her head
That made me feel so strange
Said I could call you baby, I could call you, dammit,
It's a one in a million
Oh it's the rolling of her Spanish tongue
That made me wanna stay

[Kings of Leon, 17]

11.7.11

Enmascarados

[Yo ya no sé ni quién soy. La imagen es de Mad Men]


La sociedad contemporánea se ha convertido en un gran teatro. Al haber sido educados para comportarnos y actuar de una determinada manera, en vez de mostrarnos auténticos, honestos y libres - siendo coherentes con lo que en realidad somos y sentimos- , solemos llevar una máscara puesta y con ella interpretamos a un personaje que es del agrado de los demás. Si bien vivir bajo una careta nos permite sentirnos más cómodos y seguros, con el tiempo conlleva un precio muy alto: la desconexión de nuestra verdadera esencia. Y en algunos casos, de tanto llevar una máscara puesta, nos olvidamos de quiénes éramos antes de ponérnosla.

Lo cierto es que algunos sociólogos coinciden en que en nuestra sociedad ha triunfado el llamado "pensamiento único". Es decir, "la manera normal y común que tenemos la mayoría de pensar, comportarnos y relacionarnos". Así, al entrar en la edad adulta solemos ser víctimas de la "patología de la normalidad". Esta sutil enfermedad - descrita por el psicoterapeuta Erich Fromm - consiste en creer que lo que la sociedad considera "normal" es lo "bueno" y lo "correcto" para cada uno de nosotros, por más que vaya en contra de nuestra verdadera naturaleza.

A pesar del malestar generalizado, solemos priorizar el "cómo nos ven" al "cómo nos sentimos". Tanto es así que para muchos la pregunta de cortesía "¿cómo estás?" supone todo un incordio. La mayoría nos limitamos a contestar mecánicamente "bien, gracias". Y en caso de no poder escaquearnos, enseguida redirigimos la conversación hacia cualquier "charla banal". Es decir, la utilizamos para fingir que nos estamos comunicando, cuando en realidad lo único que estamos haciendo es llenar con palabras un potencial silencio incómodo.

En este contexto social, algunos individuos ocultan sus miserias y frustraciones tras una fachada artificial que seduzca e impresione a los demás. La paradoja es que cuanto más intentamos aparentar y deslumbrar, más revelamos nuestras carencias, inseguridades y complejos ocultos. De hecho, la vanidad no es más que una capa falsa que utilizamos para proyectar una imagen de triunfo y de éxito. Es decir, la máscara con la que en ocasiones cubrimos nuestra sensación de fracaso y vacío. Si lo pensamos detenidamente ¿qué es la "respetabilidad"? ¿Qué es el "prestigio"? ¿Qué es el "estatus"? ¿Qué tipo de personas lo necesitan? En el fondo nos son más que etiquetas con las que cubrir la desnudez que sentimos cuando no nos valoramos por lo que somos.

En este sentido, ¿qué más da lo que piense la gente? De hecho ¿quién es la gente? Nuestra red de relaciones es en realidad un espejismo. En cada ser humano vemos reflejada nuestra propia humanidad. Por eso se dice que los demás no nos dan ni nos quitan nada; son espejos que nos muestran lo que tenemos y lo que nos falta. La gente no nos ve tal y como somos, sino como la gente es. O como dijo el filósofo Immanuel Kant, "no vemos a los demás como son, sino como somos nosotros", de ahí que la opinión de otras personas solo tiene importancia si nosotros se la concedemos.

[Borja Vilaseca, "Vivir Sin Máscaras", El País Semanal, 03/06/2011, nº1814, pag. 24]

1.7.11

Agujetas en los hombros

[Cuando un Berger se cruza en tu camino, adiós telemetría]

Estar delante del ordenador a estas horas debería tener el mismo glamour que Carrie Bradshaw le imprime a sus artículos de media noche. Pero ni sé fumar de la misma forma sensual, concentrada y distante, ni peso 50 kilos ni soy capaz de hilar una entrada de blog, let alone an article. Aun así, cada episodio de Sex and the City me convence más de que todas las verdades fundamentales sobre las mujeres están encerradas en esas seis temporadas. Al menos dos sí son fácilmente deducibles: una es que tu forma de vestir no vuelve a ser la misma después de ver un par de capítulos. La otra que no hay que dejarse llevar por la lógica circular y enfermiza de algunos hombres que no son capaces de afrontar lo que sienten y terminan volviéndote loca cuando razonan una cosa y la contraria con tal de no comprometerse. Los hombres que se abren paso hasta tu corazoncito por más dura que sea la coraza, para después acuchillártelo y alejarse andando despreocupados, como si no pasara nada. Conozco la sensación, aunque esta vez me haya tocado el papel de la amiga que tiene que pegar palos a la pobre víctima electrocutada para separarla de la corriente.

El insistente bombardeo por tierra mar y aire acerca de la adaptación al cambio ya tiene bastante machacada mi capacidad de dar continuidad a las cosas. Y estos ejemplos no hacen más que convencerme de que quizás (es posible, pero no quiero aceptarlo como posibilidad) esa misma adaptación al cambio esté haciendo ya mella en el concepto de pareja. Y cada momento requiera la suya, como cada episodio tiene su affaire en serie. Aunque nada de esto casa con la realidad de la vida en la que la forzamos y forjamos la continuidad, o nos volveríamos locos y todos llegaríamos a viejos en soledad. Agujetas en los hombros, tengo. De no comprender nada.


[Tras las huellas de Sarah Jessica Parker por las calles de Madrid]

29.6.11

Taxes

[Ilustración de Koren Shadmi, en mi calendario Taschen "Illustration Now"]

El gran ojo de Sauron de la Agencia Tributaria ya ha escaneado mis finanzas, y me ha dejado tiritando porque he tenido dos pagadores este año. Un misterio para mí, eso de tener que pagar más por encontrar un trabajo mejor. Adelante pioneros, España espera grandes cosas de vosotros.

19.6.11

Feria del libro nuevo y de promoción

[Cartel de Hellboy, de la exposición de comics del Ayuntamiento]

Este año la feria de las vanidades literarias ha estado pasada por agua como es tradición, aunque, como es tradición también, el día que me acerqué yo caía un sol de justicia (hubo que tomar unas cerveza en uno de los chiringuitos que amenizan el evento). Observo que con cada edición se sofistican la técnicas de los fans, ya no nos basta con hacer cola para conseguir que un tipo conocidillo e incluso famoso nos firme un autógrafo. Ahora hay cola para las firmas y para el resto se usan cámaras digitales, de vídeo, de móvil... hay quien va grabando a las celebridades caseta tras caseta como si de un desfile se tratara. No creo que miren ni los libros, o no me dió esa impresión.

Secretamente soy mitómana, y no logro sustraerme al nerviosismo especial que siento al encontrarme a alguien que ha logrado escribir y publicar algo. Después de todo es alguien que se sienta detrás de un mostrador a esperar el veredicto del público, que soporta la indeferencia con más fingida indiferencia, sólo eso ya merece admiración. Esta vez quería ver a Juanjo Sáez (hace uno o dos años no me atreví a acercarme) pero terminé hablando con dos autores totalmente distintos. Por un lado me hizo mucha gracia conocer a Alfredo Gómez Cerdá, autor de dos libros que mi hermano leía de pequeño (Macaco y Antón y Jorge y el Capitán, ambos de la Colección Barco de Vapor). Por otro, compré para mi padre La Economía explicada a Zapatero y sus sucesores para mi padre, y Pedro Schwartz me lo firmó elegantísimo, con su pluma y sus preguntas de encantador de serpientes. Aún no lo he leído, aunque tal y como me lo vendió, no puedo esperar a que mi padre lo termine y me lo pase.

[Y aquí estoy posando languidamente despeinada frente al Palacio de Cristal del Retiro]

17.6.11

Feria del libro antiguo y de ocasión

Aún estoy subiendo fotos de mayo, pero es que no sé cómo me he organizado los últimos fines de semana para hacer tantas cosas distintas. Por la feria este año sólo pasé un día y rápido, así que tampoco tuve demasiado tiempo para encontrar algo interesante en las casetas del Paseo de Recoletos. Y no por falta de gusto: cuando puedo perderme un rato hojeando estos libros de segunda mano siempre me topo con algo que merece la pena.

Me ocurre con los libros encontrados por azar como las series o las personas: no las sigo, sólo confío en que de vez en cuando vengan a mi mano para darme un episodio en el que pensar. También es verdad que alguna vez que te dejas llevar por una corazanada, y cuando de vuelta a casa intentas leer las Cartas Marruecas de Cadalso te pega una pájara que no puedes ni abrir el libro. Toda aventura entraña un riesgo.


Más gerberas

Estas no las estoy cultivando yo, pero tenían un color tan bonito que tuve que llevarme el ramo a casa (una manía tonta la que tengo de comprar flores los fines de semana cuando estoy de buen humor). Pero claro, sacarles fotos también, con gatitos para más inri, apunta peligrosamente a la postal de payasito triste que reza "Si lloras porque se oculta el sol no podrás ver las estrellas". Getting soft in my old age, I guess.

15.6.11

Gerberas

[Las primas del girasol florecen bastante mejor de lo esperado]

En esta noche de eclipse (qué extraña la luna con esa sombra negro rojiza oscureciéndola) la gerbera parecen mirarme con ojos inexpresivos mientras escribo en la terraza. Es una de las plantas más recientes que tengo, y aunque ha estado a punto de achicharrarse un par de veces que me la he dejado al sol, al final se ha recuperado bien, y ya ha renovado las flores al menos una vez. Ahora que estoy buscando soluciones para librarme de las plagas (he despachado los pulgones gracias a una mariquita, pero la mosca blanca tiene la albahaca destrozada, y una especie de hongo que ya ha fulminado los rosales ataca ahora al guisante de olor) he leído en internet que las asteráceas amarillas atraen a los insectos beneficiosos, así que tengo grandes esperanzas puestas en ella. La agricultura ecológica es más dura de lo que pensaba, empiezan a acabárseme los argumentos en contra del triple acción.

The Cool Outlet

De fondo se puede ver la puerta del Peggy Sue, cafetería retro que aún no conozco.

Este fin de semana he hecho algo nuevo, hasta me he sentido en un reportaje de la Sexta, uno que podría llevar por nombre "Mujeres que viven al borde del mileurismo pero tienen la ilusión de que son ricas sin encuentran una ganga". Y todo porque mi hermana me llevó a un outlet que organizan de vez en cuando en la calle Belén. No sé si son siempre los mismos, pero al menos un par de veces por año se puede comprar zapatos a buen precio y de marca en la planta baja, y desde hace no mucho, ropa en el tercer piso.

Nunca encuentro zapatos porque los expuestos de mi número (el 38) están trilladísimos para cuando llego, pero esta vez he logrado hacerme con un mirlo blanco, unos G-Star azul claro casi blanco por los que sólo he pagado 21 euros e incluso me quedan bien. Al hito de conseguir meter el culo en una prenda de talla confesable tengo que añadir el de haber pagado 117 euros menos del precio marcado inicialmente. Aunque escrito no queda ni la mitad de glorioso, es más, me hace preguntarme hasta dónde soy capaz de bajar el listón para darme una alegría.

13.6.11

Eleven Evenings



I'll fake it through the day
With some help from Johnny Walker Red
Send the poison rain down the drain
To put bad thoughts in my head
Two tickets torn in half
And a lot of nothing to do
Do you miss me, Miss Misery, like you say you do?
A man in the park
Read the lines in my hand
Told me I'm strong
Hardly ever wrong I said man you mean?
You had plans for both of us
That involved a trip out of town
To a place I've seen in a magazine
That you left lying around
I don't have you with me but
I keep a good attitude
Do you miss me, miss misery
Like you say you do?
I know you'd rather see me gone
Than to see me the way that I am
But I am in the life anyway
Next door the tv's flashing
Blue frames on the wall
It's a comedy of errors, you see
It's about taking a fall
to vanish into oblivion
Is easy to do
And I try to be but you know me
I come back when you want me to
Do you miss me, Miss Misery, like you say you do?


[Elliott Smith, Miss Misery]

Ciclos

[Tal vez ni la emociones sean genuinas. Seguramente las robamos del cine, los libros... La foto la saqué hace un par de semanas mientras paseaba por Madrid Río. Robada también.]

Mi hermana me ha pasado un enlace nuevo para que escuche música nueva sin pagar un céntimo (ahora que Spotify me ha dejado tirada tengo que seguir buscando soluciones paa la crisis) y Copenhagen, de Vetusta Morla, suena casi en bucle. Bucles y ciclos, un año después (o casi un año, o eternamente) estoy en la terraza escribiendo en tirantes porque la temperatura y la luz lo permiten. Otras golondrinas vuelan sobre mi cabeza, y otras nubes se deshacen a velocidad continua pero infinitesimalmente lenta. Pero aquí estoy frente al teclado, intentando todavía averiguar las razones ocultas por las que todo me pasa. Miento. No sobre lo que me pasa. Razones ocultas sobre lo que siento.

Son pura bioquímica, impulsos eléctricos que engañan a mi cerebro para que cree mundos paralelos en los que vivir sea un mal llevadero. Supongo que en parte por eso escribo un blog, porque puedo construir ese universo habitable e irreal pieza a pieza. Empiezo a pensar que es la única forma de llegar a tener algo, y que sólo es posible si uno se resigna a quedarse con la sensación haberlo rozado con los dedos, o si simplemente se inventa esa sensación. ¿Tendré neuronas activables a voluntad, o sinescéticas y optimistas?

Bla bla bla. Bullshit's cyclical too. El enlace es éste: http://groovesharks.com/

25.5.11

A new voice softly spoke

[No sólo ocurre en literatura: vistas en retrospectiva, las crisis que no nos mataron se ven desde lejos como momentos de tranformación. Los grilletes más fuertes están en la mente]


Pity, sympathy and anger gave that poetry directness. Despite the circumstances, and despite the images of ruins and destructions taken from my surroundings, it was a triumphal poetry. It celebrated the holiday of my coming into health, for the first time in my life. A recovery from that powerlessness when everything, both in the world and in us, is so obscure and tied up in knots that we lack the courage to be sharp, like a diamond cutting glass. I had written poems on 'social' themes and had been bothered by their artificiality. I had practised 'pure' poetry and had been no less irritated. Only now had the contradiction vanished. Now even the most personal poem translated a human situation and contained a streak of irony that made it objective. Something had gone on inside me after I admitte a brutal truth to myself: Poland's prewar society, which had shackled me with its subtle collective censorship, meant absolutely nothing to me, and I was indiferent to its latests pathetic and messianic embodiment. Virtue had gagged me up to then; one had to throw it off and proclaim that what appeared to be the end was not the end of either tradition or literature or art. I knew I had wasted years thrashing about blindly in some sort of quagmire. But finally I had worked myself out of it. To track down and root out of oneself all the vestiges of the past - what disruption and what temptation to regret! But also what purity of air, what nakedness, what readiness to face the future!


[Cezslaw MILOSZ 2010 Proud to be a Mammal. London: Penguin. Pg. 71]

[Foto del poeta en 1980, en el departamente de Berckley para el trabajó muchos años]