Aún estoy subiendo fotos de mayo, pero es que no sé cómo me he organizado los últimos fines de semana para hacer tantas cosas distintas. Por la feria este año sólo pasé un día y rápido, así que tampoco tuve demasiado tiempo para encontrar algo interesante en las casetas del Paseo de Recoletos. Y no por falta de gusto: cuando puedo perderme un rato hojeando estos libros de segunda mano siempre me topo con algo que merece la pena.
Me ocurre con los libros encontrados por azar como las series o las personas: no las sigo, sólo confío en que de vez en cuando vengan a mi mano para darme un episodio en el que pensar. También es verdad que alguna vez que te dejas llevar por una corazanada, y cuando de vuelta a casa intentas leer las Cartas Marruecas de Cadalso te pega una pájara que no puedes ni abrir el libro. Toda aventura entraña un riesgo.
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