17.2.14

The dry-cleaning store

Christian Bale y Amy Adams bailando en su lugar secreto, en American Hustle

Hay un tipo de seres humanos que de vez en cuando se repite un "es que soy idiota" afectuoso para reequilibrar el mundo. Yo soy miembro de esa secta secreta, atomizada y solitaria. Rara vez se encuentra un compañero de batallas así, pero cuando ocurre, el reconocimiento es inmediato. A los idiotas nos sirve con una simple mirada, con una conversación breve si no nos vemos.  Somos una raza aparte, y estoy intentado averiguar por qué. Lo que sigue es la última versión de mi teoría. 

Un idiota no puede evitar que su cerebro vaya más allá de sus paredes craneales. Un idiota vive atrapado en un conundrum, en ese área de intersección que existe entre la expansión de su hemisferio derecho soñador y holístico, intuitivo, y la expansión del izquierdo, organizado, racional, temporal. Grandes sueños y fantasías se cancelan de raíz por grandes censuras emitidas casi de manera simultánea. Los idiotas quieren volar y cuando empiezan a sentir que flotan, son derribados sin piedad por un bofetón de realidad. Fantasean con un espacio aereo que no es suyo, y del que son expulsados cada vez. Being an idiot is being larger than life.

"Don't you know, you fool, you never can win.
Use your mentality, wake up to reality."