30.12.09
Black Paw Down renovado
Ya era hora de cambiar un poco de imagen, el cambio de año y las casi 300 entradas parecen un buen momento. Además he empezado un libro que podría ser mucho mejor que los que he leído últimamente. Un adelanto ( para el que las conozca, se puede cambiar cigarrillo por mis propias enfermedades):
Ahora que estoy aquí, analizándome, me asalta una duda: ¿me habrá gustado tanto el cigarrillo para poder achacarle la culpa de mi incapacidad? ¿Habría llegado a ser el hombre ideal y fuerte que esperaba si hubiese dejado de fumar? Tal vez fuera esa duda la que me encadenó a mi vicio, porque la de creerse dotado de una grandeza latente es una forma cómoda de vivir. Lanzo esa hipótesis para explicar mi debilidad juvenil, pero sin convicción firme. Ahora que soy viejo nadie me exige nada, sigo pasando del cigarrillo al propósito y del propósito al cigarrillo. ¿Qué significan hoy esos propósitos? [Pag.16]
Para reducir su apariencia grosera, intenté dar un contenido filosófico a la enfermedad del último cigarrillo. Se dice con hermosa actitud: <<¡Nunca más!>>. Pero, ¿qué será de la actitud si se cumple la promesa? Sólo se puede tener la actitud cuando hay que renovar el propósito y, además, el tiempo, para mí, no es esa cosa inconcebible que nunca se detiene. En mi caso, sólo en mi caso, vuelve. [Pag. 18]
Ambos fragmentos pertenecen a La Conciencia de Zeno (Random House Mondadori, 2009), de Italo Svevo. No había leído nada suyo hasta ahora (jeje, podría usar la clásica frasecita de Sofía Mazagatos sobre Vargas Llosa: "es un autor excelente, hace mucho que lo sigo aunque aún no he leído nada suyo". He perdido el hilo... sí, es lo primero que leo de Svevo, pero 20 páginas me han entusiasmado más que 340 de Mankell. Algún día descubriré por qué me gustan tanto los escritores y artistas anteriores a la 2a Guerra mundial: Joyce, Canetti, Mann, las vanguardias, el impresionismo... Es curioso, esas primeras 20 páginas me dieron ganas de volver a leer La Montaña Mágica. Doblemente curioso que el libro de Mann se publicara en 1924 y el de Italo Svevo en 1923. He leído poco todavía, pero intuyo una conexión - ambos tienen una curiosa forma de interpretar la enfermedad... To be continued.
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