30.5.09

La gata

[¿Qué pensará?]

Viens, mon beau chat, sur mon coeur amoureux;
Retiens les griffes de ta patte,
Et laisse-moi plonger dans tes beaux yeux,
Mêlés de métal et d'agate.
Lorsque mes doigts caressent à loisir
Ta tête et ton dos élastique,
Et que ma main s'enivre du plaisir
De palper ton corps électrique,
Je vois ma femme en esprit. Son regard,
Comme le tien, aimable bête
Profond et froid, coupe et fend comme un dard,
Et, des pieds jusques à la tête,
Un air subtil, un dangereux parfum
Nagent autour de son corps brun.

[ "Le Chat", Les Fleurs du Mal , Charles Baudelaire]

Mi momento zen

[He encontrado la foto en un sitio que no tiene nada que ver con esta entrada, pero me gustaba tanto que me la he apropiado: una perfecta composición de los obstáculos que encuentro cada día]

Después de la semanita que he tenido (cuando me jefa se va de vacaciones la entropía del sistema se acelera de manera exponencial) me parece mentira poder estar tranquilamente en casa. No tengo que escuchar voces furiosas al teléfono, no tengo que postponer eternamente tareas importantes porque otras ridículas pero urgentes entran sin cesar. No tengo que cabrearme porque mis compañeros se creen que ellos también están de vacaciones sólo porque no está el gato para vigilarlos.

Al menos tuve una pequeña satisfacción ayer, cuando alguien le dijo al más jeta de todos "tú no tienes la más mínima autoridad, un cono de plástico plantado en tu silla impondría más respeto". Lo dijo de broma, pero lo dijo, y ahí queda. Cómo deben estar las cosas para tener que escuchar eso. Y es que en el fondo somos mandriles vigilando mandriles. Es imposible concentrarse en tareas de mandril adelantado si el resto de la manada está chillando a tu alrededor. He dejado de divertirme y trabajo más que nunca, pero es trabajo estéril.

Otra frase que se escuchó ayer, ésta sobre mí: "Vives para trabajar y eso no es bueno".

Pero hoy casi no he tenido que hablar. Escucho las ramas de acacia mecerse fuera y al canario del edificio de enfrente. Hasta las pulsaciones mecánicas de la lavadora son agradables al oído. La gatita está detrás de la pantalla, durmiendo sobre una libreta. Puedo dedicar el tiempo que quiera a escribir esta entrada, sin necesidad de doblegar el perfeccionismo a un nivel rentable: si quiero me tumbo, si quiero me siento. Si quiero escucho música, bailo, o miro simplemente al techo. Es mi momento zen: miro cómo la gata dormita en posición de tanque y se me quita el mal humor.

Alguien debería analizar por qué el tiempo parece detenerse alrededor de un felino relajado.
.
[Sita and Sarita (Jeune fille au chat), Cecile Beaux, 1894.]

24.5.09

Otra decepción de butaca - Ángeles y demonios

[Esa cara es "interpreto a un intelectual" para Tom Hanks]
Spoiler alert: no sigas leyendo si aún no la has visto

El viernes fui al cine a ver Angels&Demons (2009), y me temo que no ha cambiado mi opinión sobre Dan Brown, Ron Howard y compañía. El Código Davinci me pareció flojísima, pura fantasía con un puñado de datos históricos por encima, y Tom Hanks fue una horrible decepción, porque no transmite nada excepto preocupación (ese ceño fruncido durante toda la cinta debe ser extenuante para un actor). Tal vez sea porque Langdon es un personaje que no me inspira simpatía. Es una especie de Sherlock Holmes sin misterio, de James Bond sin fibra, de Guillermo de Baskerville sin humor e Indiana Jones sin sex-appeal. Cruza el charco y en 1 minuto resuelve enigmas que los europeos han estado rumiando durante siglos. No sé, no me lo creo: su cara de concentración desdeñosa esconde un pensamiento tan profundo como "The problem with the French is that they don't have a word for entrepreneur."

La trama pasa con una ligereza pasmosa por encima de cosas bastante complejas: un sacerdote que trabaja con una italiana en el CERN consigue sintetizar antimateria, fácilmente robada por un tipo que trabaja solo. Ese mismo tipo es capaz de secuestrar, maniatar, mutilar y asesinar de forma teatral cada hora, él solito y herido, a unas 10 personas al menos. Pero Langdon, de un plumazo, resuelve unos acertijos que ni el Vaticano ni la policía italiana ni la Guardia Suiza llegan a comprender. Es inmune al jetlag y no tiene que investigar nada para saber la respuesta: simplemente pregunta al primer pelanas que cruza por allí algo como "¿qué iglesia de Roma tiene una capilla de Bernini? Y el Povedilla de turno le da la respuesta a la primera. 5 minutos en Sant'Angelo siguiendo la dirección de las lanzas y flechas de las estatuas y descubre un pasadizo secreto a la iglesia de los Illuminatti. Qué buena suerte! Sólo Jessica Fletcher había conseguido hasta ahora semejantes carnicerías y procesos deductivos basados en el tenue aire.

[Un acierto: rebautizar a Carlo Ventresca (!) como Patrick McKenna]

¿Y el Camarlengo? Bueno, si llega a saber Fermín de Pas que la curia vaticana era tan poco complicada en sus misterios...algo se le habría ocurrido en lugar de escrutar infructuosamente la ciudad a sus pies. Criptas abiertas, tumbas históricas alegremente asaltadas, ex-militares salvando el día a golpe de hélice. Me intriga, no llego a comprenderlo y quiero comprenderlo: un a película tan sumamente superficial tiene que estar así simplificada a propósito. Porque si lo que refleja es una forma de ser o de comprender, esto es el fin. O tal vez el principio: las novelas góticas del XVIII y el folletín del XIX eran mucho más complejas que este megamix de ciencia-ficción, farfolla pseudohistórica y aventuras bizantinas. A esta amalgama no le falta siquiera el toque shakespeareano para rematar: discursito del camarlengo con aroma a "Friends, Romans, Countrymen, lend me your ears". Al menos en esta precuela nos ahorran el toque freak de un albino sometido al Opus Dei dándose de latigazos.

Lo siento, cuando voy al cine o leo un libro doy por hecho que me espera cierta coherencia, que el material será consistente. No tiene porqué ser racional, pero si tiene que tener cierta verosimilitud dentro de su propia esfera (no ya dentro de la realidad). Espero que un ser adulto haya construido una historia, no tener que ver en pantalla a un grupo de guardaespaldas vestidos de Armani que corren de monumento en monumento. La diferencia entre un tipo de obra y otra (que en este caso no es sutil sino gruesa y palpable), es fácil de percibir si se compara From Hell de Alan Moore con la obra de Dan Brown. Voy al cine a emocionarme, a soñar, a sentirme arrebatada de esta esfera. Pero mi imaginación no se deja llevar si mi razón se pregunta constantemente qué tipo de broma es lo que estoy viendo.


[Sala del Renoir Cuatro Caminos donde se perpetró la proyección]

Frase con la que me perdieron definitivamente: [Robert y Vittoria encuentran cierta marca de agua en el papel del último ejemplar de un libro de Galileo] Ella: "La inscripción está en inglés, ¡qué extraño¡". Él: "No es extraño en absoluto, el inglés era el idioma de los que desfiaban la autoridad de la iglesia. Chaucer, Shakespeare...". BULLSHIT, BULLSHIT, BULLSHIT!!!

21.5.09

Feeling strangely stupid...again

[La chica del sofá, de Oriol Roca.
Menos talla de sujetador y más de falda, portátil en lugar de revista...
Y me ahí me tendríais, sintiéndome tonta]

Estos tres últimos días han sido como volver al colegio (mejor, sin clase por la tarde). He estado haciendo un curso de resolución de problemas y toma de decisiones, (¿quién no ha hecho uno de esos cursos hoy en día?) y se supone que ahora soy una ciudadana mejor preparada para la dura selva laboral. La cruda realidad es que me he puesto a leer correos esta tarde y mi recién creada confianza se ha desmoronado por completo. Tal vez lo que yo necesitaba era un curso de motivación, o uno de autoestima. Mi jefa me ha mandado más de 10 tareas peliagudas que requieren salir bien sí o sí. ¿Me está diciendo algo entre líneas? Si me las encarga es porque cree que puedo sacarlas, pero a mí no me termina de quedar claro que sea así. Llevo un mes a la deriva, no termino de aceptar que el queso ya no está en la estación C.

[Lo que me faltaba, encima ahora he adoptado la jerigonza de los libros de autoayuda].

Y es que yo misma no me tomo en serio. Durante el curso estaba motivada al 100%, pero al llegar a casa me tumbaba a leer en el sofá con el gato, al sol, y pensaba "pero qué paz, ojalá pudiera dedicar mis tardes a vivir tranquilamente, pensar y hacer cosas sólo para mí". Oscilo de un lado a otro sin término medio, un momento estoy ondeando victoriosa la bandera de la empresa sobre la colina del fracaso, y al siguiente miro el asta que tengo entre manos y soy incapaz de recordar qué me hacía agitarla. La tiro a un lado y retrocedo sintiendome más ridícula a cada paso. Eso debe estar descrito como síndrome en algún manual de dinámica laboral, pero aún no me ha llegado el momento de sumergirme en ese extenso océanos de folios.

Hay muchísimas cosas que no sé, y esa ignorancia me agobia ¡soy el diletantismo personificado! Mi hemiferio cerebral derecho se da de tortas con el profesional riguroso en el que quiere convertirse el hemisferio izquierdo.

18.5.09

Benedetti ha muerto

[Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia.
Con ese nombre, ¿a qué otra cosa podía dedicarse?]

Hace justo 15 años, cuando terminé COU, quedé con mi tío en Alonso Martínez. Tomamos algo en la cervecería Santa Bárbara (cerveza necesariamente, entonces aprendí que el conteo de cañas lo llevan por los posavasos de fieltro gris). Caminando llegamos hasta la calle San Bernardo (supongo que íbamos hablando de selectividad, de qué quería estudiar, de mis nervios) y finalmente entramos en Fuentetaja. Mientras yo miraba los libros mi tío le preguntó a un señor barbudo si aquel año irían a la Feria del Libro, a lo que el otro contestó con firmeza que no, que aquello era una feria de la vanidades de la que podían prescindir.

Aquel día mi tío me regaló dos libros. Uno era La Tabla de Flandes, de Pérez Reverte. Y el otro Cuentos Completos de Benedetti, la misma edición sobre la que el escritor apoya la cabeza en esta foto. Los recuerdos son caprichosos, y aquello lo tengo grabado a pesar de que no puedo consultar la dedicatoria, ambos están todavía en alguna caja polvorienta esperando ser por fin trasladados. Hace un par de semanas conté cómo Magris había cambiado mi vida; con Benedetti me ocurrió algo parecido, pero por motivos completamente distintos. Durante años guardé un par de flores de jazmín aplastadas entre sus hojas, celebración nostalgica de otro episodio más que nunca sucedió.

El verano del 95 es Amorica de Black Crowes, Benedetti, invitado de honor viendo un desfile de Naomi Campbell en la tele del salón. Y muchas otras desgracias preuniversitarias. Ahora Benedetti ha muerto y sin saberlo arrastra consigo muchos episodios de mi propia vida que creía olvidados. Me deja como a los viudos de Margaret Sulluvan.

"Viceversa"

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

17.5.09

Vlad el empapelador de Justicia

[¿Niño birmano y Pippi Calzaslargas]

Por fin tengo el cable de mi nokia N73 y puedo subir fotos de cosas curiosas que he ido tomando en casi dos meses. Como este poster, último ejemplo de la serie de empapelados misteriosos que aparecen en una esquina de la plaza de las Salesas con Bárbara de Braganza.

Sólo los descubrimientos hacen de la vida algo aceptable.

10.5.09

Esto no lo sostiene ni Jackman con sus biceps

[Que buen porte, si tuviera buen papel...]

Anoche fui por fin al cine a ver X-Men the Origins: Wolverine (2009) (más vale que no sigas leyendo si aún no la has visto!). Y como al final de casi todas las pelis que he visto recientemente, la sensación era de decepción. Puede que hubiera puesto unas expectativas demasiado altas en una película que, al final, está dirigida a esos adolescentes que copan ahora la atención recaudadora de las megaproductoras. ¿Soy yo, o la trama es excesivamente facilona? No sé, algo falla y llevo todo el día rumiando qué puede ser. Voy a tratar de hacer una lista con las cosas que me gustan y no me gustan de la película:

NO ME GUSTA
-El resto de mutantes: quitando a los hermanos, el resto son un equipo de diseño multirracial bastante estándar que apenas aporta matiz alguno. Un eficaz asesino chino, un marine USA bocazas, negro sensible village people-like, pequeñajo sensible freak, mole de grasa estúpida... Una troupe sin garra. Por no hablar de los jovenes mutancitos, que parecen salidos de Kyle XL.
-Stryker: con todas las caras que podría presentar ese personaje, en fin, no es cuestión de interpretarlo como si fuera el Ricardo III de Olivier, pero tampoco veo por qué se empeña Huston en ofrecer sólo una. Hay mucha más madera de villano ahí esperando.
-Romance: después de las escenas de atracción animal mal disimulada de las tres entregas anteriores, los amores de Lobezno con Kayla son melífluos, poco convincentes. Carga sexual cero.

ME GUSTA
-Victor Creed: Aunque no queda claro si son hermanos o no (a pesar de que los supuestos padres se parecen a sus supuestos hijos), y que su relación de amor-odio tampoco me resulta convincente, al menos es una relación de amor-odio: Creed es una especie de reverso tenebroso de Logan. Se pelean entre sí o pelean juntos contra otros con la misma facilidad.
-Lucha en la torre de refrigeración de la nuclear: si te dejas llevar por la imaginación, funciona.
-Wolverine: ese torso peludo y cincelado desperezándose al amanecer en las Rocosas canadienses, ese salto cascada abajo (¿era necesario hacer una toma de tan lejos, por amor de dios?). Cuerpazo de Hugh Jackman, que quiere creer con tanta fuerza en su personaje que al final terminas creyendo tú, principalmente porque quieres creer en Hugh.

En suma: de alguna manera se las han apañado para quitarle a Lobezno lo que lo hace irresistible en los X-Men (donde es esa bomba sexual y brutal de la naturaleza que fuma puros, lleva chaquetas de cuero y mete una palizas de espanto a sus enemigos, especialmente en contraste con Cíclope). En esta "precuela" aparece como alguien vulnerable con quien se puede jugar fácilmente, al que se puede vencer y controlar y cuyos gustos sencillos lo acercan más a un leñador canadiense que a un soldado de fortuna. Incluso el trauma de su identidad, tan importante en las otras películas de X-Men, termina minimizado aquí. En lugar de ser un personaje en lucha dramática por su memoria y su superviviencia tenemos un pobre infeliz a merced de la voluntad de todos los demás.

La próxima vez, ¿podemos invertir un poco más en guionistas y un poco menos en ordenadores, por favor? More pathos and less fireworks.
[La pinta de villano de Schreiber hace de Jackman un ángel]

Viviendo en la era pooooooop...

[Nanni Moretti, cartel de Caro Diario (1994)]

Este fin de semana me lo he montado mucho mejor que de costumbre, y he hecho casi de todo. Incluso he dado una vuelta en la Vespa de mi hermana. Las calles estaban bastante vacías, así que no he tenido que ir conteniendo el aliento como una abuelica cada vez que pasabamos al lado de un autobús. Nuestro reflejo en los escaparates era el de dos hormigas atómicas, debía ser bastante gracioso ver cómo cada vez que me desplazaba hacia delante por la inercia de un frenazo mi casco chocaba con el suyo (hasta que me ha echado la bronca en un semáforo).

Creo que soy mujer de coche, pero entiendo la gracia de ir en moto, es una independencia diferente. Llevo un rato dándole vueltas a la frase, pero no se me ocurre otra forma de decirlo: me ha hecho sentir guay. Jovén, libre, despreocupada, creativa. Todas esas cosas que me gustaría ser. ¡Ay! Ya que la realidad es otra, disfrutemos al menos de la ficción.

[Retrovídeo de Los Flechazos, como homenaje a la quinceañera que fui]

8.5.09

Youtube y sus misterios


[El vídeo es un montaje de DArcyFD con cortes de Koyaanisqatsi (1983)
Mucho mejor que el original, The Strokes no lo ha deshabilitado]
-
He seemed impressed by the way you came in.
"Tell us a storyI know you're not boring"
I was afraid that you would not insist.
"You sound so sleepy just take this, now leave me"
I said please don't slow me down if I'm going too fast
You're in a strange part of our town...
Yeah, the night's not over
You're not trying hard enough,
Our lives are changing lanes
You ran me off the road,
The wait is over
I'm now taking over,
You're no longer laughing
I'm not drowning fast enough.
Now every time that I look at myself
"I thought I told you this world is not for you"
The room is on fire as she's fixing her hair
"you sound so angry just calm down, you found me"
I said please don't slow me down if I'm going too fast
You're in a strange part of our town...
Yeah, the night's not over
You're not trying hard enough,
Our lives are changing lanes
You ran me off the road,
The wait is over
I'm now taking over,
You're no longer laughing
I'm not drowning fast enough.
-
[The Strokes, Reptilia]

Nuestras vidas son los ríos

[En las fuentes del Tajo:
estas nieves de febrero son ahora olas en el Atlántico]

Lo cierto es que, en el mundo administrado y organizado a escala planetaria, la aventura y el misterio del viaje parecen acabados; los viajeros de Baudelaire, que partían en busca de lo inaudito y estaban dispuestos a naufragar durante el viaje, encuentran en lo ignoto, pese a cualquier desastre imprevisto, el mismo tedio que han dejado en casa. De todos modos, moverse en mejor que nada: se mira por la ventanilla del tren que se precipita en el paisaje, se ofrece la cara al escaso frescor que desciende de los árboles del paseo mientras uno se mezcla con la gente, y algo corre y pasa a través del cuerpo, el aire se mete dentro de la ropa, el yo se dilata y se contrae como una medusa, un poco de tinta sale del tintero y se diluye en un mar color tinta.
Claudio MAGRIS 1997 El Danubio. Barcelona: Anagrama. Pag. 13]

En algún sitio he escrito, tal vez sólo lo he dicho, no sé, que este libro cambió mi vida. Lo leí en aquellos días en los que dejé de ir a la universidad y pasaba las horas muertas en la biblioteca de Letras de la Complutense o de Iglesia tratando de averiguar qué hacer con mi vida. Tampoco sabría decir exáctamente cómo, pero provocó la coalescencia de ideas, deseos, sueños tal vez... que me rondaban, me permitió elegir otro camino (y licenciarme, que no está mal). No es un libro para todo el mundo, lo sé porque se lo he regalado a dos personas y ambas han tratado de hacérmelo comer después. Pero si alguna vez escribo un libro de viajes me gustaría que fuera así, un viaje psicológico, histórico, filológico y geográfico. Enciclopédico y ficticio.

Legio VI Victrix o Legio VII Gemina

[Escalinata del parador de San Marcos]

Debería haberlas subido antes, pero con las limitaciones de conectividad que tengo no he podido hasta ahora. Este ordenador sólo tiene un puerto USB y lo necesito para el modem, y mi cable de datos del móvil está en alguna caja de la mudanza, no soy capaz de encontrarlo. Son fotos de León, del fin de semana pasado. Aunque es de las provincias en las que no he vivido en las que he pasado más días, tampoco se puede decir que la conozca. A los 15 años fui con dos amigas a un campamento del colegio, y estuvimos por Villamanín y Barrios de Luna. De los 15 días que pasamos allí aquel verano sólo estuvimos unas horas en la ciudad, y apenas recordaba vagamente la Catedral.

Con muuuchos años más he vuelto y me ha gustado mucho. Como el resto de ciudades españolas tiene esos edificios espantosos construidos entre 1940 y 1990 pensados simplemente para vivir (los edificios de la España del Cuéntame, un día tengo que publicar una galería de los horrores), pero compensa de sobra con las joyas de tiempos más imaginativos. Si uno piensa que la historia de la ciudad empieza nada menos que con una asentamiento romano con más de 2000 años de antigüedad se queda pensando necesariamente. Este año está siendo interesante en este sentido: después de haber pateado bastante el extranjero vuelvo a los orígenes remotos y cercanos a la vez de mi propia historia.

[Fachada de S. Marcos, imposible sacarla entera si no es desde lejos]

León son los romanos, los primeros reinos cristianos y la oscura intrahistoria de un linaje. Ahora que mi abuelo (que en verdad es charro, pero lleva casi tres cuartos de siglo en Cáceres) está perdiendo la cabeza, los recuerdos que parecen aflorar con más frescura son los de los tiempos que pasó por el norte. Con él se perderá la memoria de un modo de vida ancestral: la de subir con el ganado cada verano a zonas de pasto verde cuando la hierba se secaba más al sur. Estas navidades, cuando ha estado más inquieto por la demencia, sólo podía pensar en coger el coche para ir a la estación de tren a recoger las ovejas que venían de León, paridas muchas de ellas. Sentí una emoción extraña (mezcla de lástima y nostalgia por algo que no he llegado a conocer) cuando al llegar a Astorga pasé por la línea de ferrocarril que sale de Plasencia. De adolescente mi abuelo llegó a hacer el viaje a la antigua usanza, subiendo el ganado a patita, aunque siempre se lamentó de aquello: su padre lo sacó del colegio para que trabajara.

[Claustro de San Marcos, vista interior]

[He abierto un yogur y la gata, que dormía en otro cuarto, ha venido corriendo. ¡Cómo nos conocemos!]

Más allá del mitológico León de la mesta está el familiar: fotos de una boda a la que mis padres estuvieron invitados en el 86. Ya conocía San Marcos y la casa Botines por aquél álbum, y fue curioso encontrar los edificios por mí misma, hasta cierto punto ya estaban impregnados de recuerdos ficticios y no los estaba mirando con ojos nuevos; lo que vi ¿fue una confirmación de lo que mi padre sacó hace 23 años con la cámara o la imagen que los conos de mi retina estaban captando? Una combinación, supongo, no existe cerebro virgen, y el mío no lo es en asoluto, arrastra un lastre pesadísimo de imágenes robadas.

[Claustro y patio de San Marcos]

7.5.09

Tres versiones nocturnas

[Versión romántica, aunque un poco oscura para Friedrich]

[Versión Gotham, falta la silueta de un Vigilante sobre los edificios]

[Versión de Henri Rousseau, falta la cabeza de un tigre asomando]

Vacaciones entre dos puentes

[La Mujer con el Gato, Manet. Museo de Orsay]

Creo que ésta es la primera mañana que tengo para relajarme de verdad en mi (ya no tan nueva) casa. He cogido dos días libres para hacer cosas que tengo pendientes desde hace tiempo, y es que el lunes por la tarde volví a salir a las 8 y tuve mi segunda crisis de fe laboral en un mes. Estoy más que harta de vivir encerrada en un bucle de trabajo-trabajo-trabajo. No me importan las horas largas ni las tareas, pero se ha convertido en un tunel alienante que no parece tener salida ni ascender. es una especie de Moria, más bien.

Son malos tiempos para moverse, pero siempre se pueden buscar alternativas para salir algo antes cada día. Y en eso estoy.

Qué bien sabe la libertad. Ahora que empiezo a comprender que la posesión es algo relativo estoy empezando a disfrutar de la que es ahora mi casa, de mi conexión de internet, de la música de mi iPod. Todo puede desvanecerse en un momento, ahora es el momento de mirarlos como si fuera la primera vez que los veo. Los gatos están durmiendo, cada uno en una cama. Afuera luce el sol y siguen su curso las vidas de 5 millones de personas. Yo estoy frente al ordenador cantando "Blackbird" de los Beatles:

http://www.youtube.com/watch?v=0Lfy0S40ZM0

6.5.09

Mi debilidad



[Pues éste es el numerito que se ha montado Hugh en el garage]

Lo sé, y sé que lo sabéis: los australianos son mi debilidad. Y si Russell Crowe ya no es la fuerza bruta de la naturaleza que antes era (y ahora se ha convertido en un actor rechoncho que tiende a hacer de sí mismo en cada papel) contrataca con más fuerza el hombre más sexy de la tierra (dicen, y yo les creo).

Con todo, Hugh Jackman es más que esa masa de músculos cincelados (que no pintados) que se adivina bajo los jirones de camiseta de Lobezno. Canta, baila, y es incluso gracioso. No había visto hasta ahora ninguna imagen de la ceremonia de los Oscar, y me he divertido bastante.

Si es que es australiano, eso lo explica todo.

5.5.09

Rostros leoneses

[Los hermanos Quijano, que en tiempos fueron famosos]

Entre mis manías (y es de las que más incomprensión provoca en mis semejantes) está la de buscar parecidos razonables. Muchas caras me recuerdan a otras, como si buscara una serie de patrones que expliquen la fisiognomía universal. No es por asignar a determinados rasgos una característica determinista, es que, simplemente, hay quien se parece. Aunque hasta ahora nadie respalda mi descubrimiento más revolucionario, que Rafa Nadal y yo nos damos un aire. Yo lo veo claro, aunque tengo que admitir que gran parte de lo que veo es proyectado. Cuando una persona tiene una forma de ser afín a la de otra, la percepción de similitudes físicas se amplifica.

Proyección o no, ciertos rasgos parecen perdurar a lo largo del tiempo y compartirse transversalmente en regiones: es difícil juzgarlo desde la cercanía, pero tengo dos ejemplo de cómo la distancia ayuda a encontrar los rasgos comunes en lugar de las diferencias: cuando estuve de Erasmus en Holanda, una chica polaca me dijo que todos los españoles éramos clavados. Yo no lo veía, sinceramente, aunque sí percibía las similitudes entre polacos, diferentes de las similitudes entre holandeses. El segundo ejemplo tiene en cuenta el tiempo: entre los muchos cuadros del Rijksmuseum aún se puede distinguir alguna cara local, caras que los holandeses actuales siguen teniendo. Los rostros de los cuadros no tiene que ser necesariamente antepasados de los otros, es sólo una combinación de ciertos rasgos similares y una mente aglutinadora. En el Prado, sin embargo, me cuesta un poco más encontrar caras que imaginar en cuerpos contemporáneos.

¿Es posible que haya vetas ocultas en los genes de la gente que se manifiestan entre personas que comparten región? Casualidad o no, algunos de los hombres leoneses que conozco tienen cierto parecido con estos tres hermanos, los Quijano: ojos un poco saltones, labios y nariz finos, cuerpos fibrosos... Lo sé, nadie más que yo lo ve, ¡pero está ahí! palabra que no estoy jugando a esos trucos que tanto le molan a Ron Howard: al menos dos de sus películas (A Beautiful Mind y The Da Vinci Code) tiene escenas en las que el protagonista "ata cabos" mental y visualmente.

[A Beautiful Mind (2001)]