11.1.09
The Flesh Market Rules
Estas Navidades me ha tocado experimentar las delicias del AutoRes a lo largo y ancho de la península (esto de tener una familia extendida en el sentido geográfico es fabuloso en el día a día, pero irritante cuando por fin decido ir de visita). Pero tiene también su encanto. Puedo ir mirando el paisaje sin tener que hablar de vez en cuando para que el resto sepa que sigo viva, y puedo visitar las areas de servicio y estaciones de autobus. Después de los baños de la universidad, pocas puertas de retrete exaltan tanto la imaginación como las de los bares de carretera.
Me pregunto si el tocador de caballeros es también zona recreativa.
Esta oferta de saldo que aparece en la puerta la encontré en la estación de autobuses de Valencia. El borroncillo es obra mía y del Paint (tampoco era necesario publicar el número de teléfono). Pero me hizo tanta gracia, casi puedo imaginarme un tipo parecido a Tony Anikpe sentado en la taza y escribiendo con dificultades las condiciones de su propuesta.
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