20.10.10

Sabinas y enebros

[Juniperus thuriphera o sabina albar. Detalle de los frutos (llamados arcéstidas)]

La vida en la jungla urbana cambia la percepción del tiempo. Casi todo lo que nos rodea acaba de aparecer (el hombre acaba de aparecer) en comparación con los bosques o las montañas. En Guadalajara, a pocos kilómetros de Madrid, hay ejemplos de bosques más antiguos que el ser humano. No son los mismos árboles, claro, sólo retazos de una piel antigua que el frío de las parameras o los valles inaccessibles han logrado conservar. He pasado 10 años tratando de olvidar muchas de las cosas que aprendí sobre los árboles, pero de nuevo vuelve a emocionarme esa energía contumaz con la que la vegetación se aferra a la vida. Es lenta, pero tiene determinación y mucho tiempo. Mucho más que yo.

La semana pasada organicé mi puente bastante mejor que otras veces y estuve de excursión por Guadalajara, una provincia que me intrigaba. Nunca me había parado a pensar demasiado en ella hasta que hace dos años tuve que cruzarla en plena tormenta invernal, y la imagen de las parameras nevadas rescató de mi memoria, entre otras cosas, a las sabinas. El género Juniperus me era más familiar por los libros y la ginebra que por haberlo visto en su habitat natural: estos arbolitos son casi dinosaurios vegetales. Dentro de las coníferas (antiguas per se) algunas especies como el tejo o las sabinas son dioicas; es decir, los pies son masculinos o femeninos, y el polen debe cruzar de un arbol a otro para la fecundación. Esto garantiza hasta cierto punto una mayor variedad genética, pero deja el proceso literalmente en el aire: depende del viento, de los insectos, de que haya individuos del otro sexo cerca y coincidan en la madurez... Ya, no está demasiado lejos de la reproducción humana (¿o escribe el cinismo de la vejez a través de mis dedos?), pero comparado con la distancia entre ovario y estambres de la flor más sencilla, la estrategia de la sabina deja demasiados elementos al azar.

[Éste es el aspecto del árbol. La foto está sacada junto a Viana de Jadraque ]

Dice la Guía de Incafo de los árboles y arbustos de la Península Ibérica (Madrid, 1995, página 33) sobre los sabinares: [...] constituyen una curiosa formación que ocupa las altas parameras y mesetas del interior de la Península, casi siempre por encima de los 900 m. de altitud. Sus principales representaciones están en la serranía de Cuenca, Sistema Ibérico, Alcarria, Maestrazgo y en otras montañas del interior. Normalmente no forman bosques densos, mostrando una estructura de parque o bosque adehesado. Prefieren los suelos desarrollados sobre calizas, especialmente los de tonalidades ocre o rojiza y ricos en arcillas, de caracter relicto (Terra rosa, Terra fusca); en ocasiones, como en la zona de Tamajón (Guadalajara), colonizan también los suelos silíceos. Están adaptados a un clima extremadamente duro y continental, donde prácticamente no encuentran competencia de otra especie arbórea; sólo la encina, que está ocupando algunos de los sabinares deforestados, y el pino salgareño suelen acompañarles con cierta frecuencia [...] El hecho de encontrarse la mayor parte de las veces en zonas que han permanecido al descubierto durante gran parte del terciario y sobre suelos considerados como relictos, hace pensar en una gran antigüedad para estos sabinares.

[Juniperus oxycedrus o enebro de la miera, camino de Tamajón]

Y si la sabina albar es reconocible por sus hojas escamosas parecidas a las del ciprés, las del enebro de la miera lo son por tener forma de espina, diferenciable de las del enebro (de la ginebra, o Juniperus communis) porque cada hojita esta recorrida por dos bandas blancas paralelas, y no solo una. También es distinto el fruto, una arcéstida de color marrón rojizo algo ceroso, como se ve bien en la foto. Estas especies están algo más distribuídas por la península y me parecen un poco menos especiales que las sabinas, aunque de aspecto es posible que sean algo más bonitas - o será que a mí me gustan las acículas.

[Detalle de los frutos, que por cierto son indehiscentes ¿Cómo se las apañarán las semillas?]

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