5.8.12

Insondables Mystères


[Una de las ilustraciones que el autor ha hecho sobre Nueva York]

Los dibujos de Sempé me han fascinado desde pequeña. Mi padre nos regaló en algún momento uno de los libritos de El Pequeño Nicolás de Alfaguara (y dónde estarán ahora?, mi madre es muy capaz de haberlos tirado o regalado), y ese trazo garrapateado de Sempé, de líneas algo abiertas, en el que los rostros se reducen casi a la mínima expresión, pero dan una expresión característica a cada personaje, es lo que tengo asociado a ser niño en Francia - y tiene gracia, porque Nicolás era niño en los 50, por lo que está más cercano a mis padres que a mí. Aún así nos han hecho reír y llorar. Al menos a mí, que era de lágrima fácil hasta que empecé a trabajar y se me quitaron muchas tonterías.

Lo que no he descubierto hasta ahora, o no recordaba, es que también ha dibujado gatos, y nada menos que pequeños felinos negros que observan la vida desde las ventanas. Uno entra en la habitación y de pronto se encuentra con esas siluetas aterciopeladas recortadas contra el cristal, pero qué pasa por esas cabecitas de orejas picudas, nadie lo sabe. Al oírte entrar se vuelven con rapidez, como si los hubieras pillado in fraganti mientras maquinaban la perdición de la humanidad, o si filosofaran sobre lo estúpido de nuestra condición. Insondables misterios los que guardan los tigres pequeños y grandes para sí. Tratar con ellos es, a veces, sentir que la casualidad nos ha juntado en el planeta con una raza superior que no nos ha esclavizado (más) por pura falta de interés.

[Y lejos de la Gran Manzana, otro minino contempla la lluvia un domingo por la tarde]

No hay comentarios: