[En esta imagen del Heraldo de Aragón parece la Grieta del Destino]
Hace tres años, y precisamente por estas fechas, tuve la suerte de viajar a Indonesia. Visto en retrospectiva me parece una cosa que he leído más que vivido. De aquel viaje hay muchas cosas que contar, pero reconozco que perdí las fotos y sin imágenes me cuesta enfocarme (tengo la vana esperanza de que mi hermano tenga alguna vieja copia de seguridad del ordenador de sobremesa que compartíamos). Mientras me hago con los viejos recuerdos voy a usar éstas que he encontrado en diarios digitales.
Y es que uno de los sitios que visité en Java fue precisamente el volcán Merapi, en erupción estos días. Sin llegar a subir la montaña de casi 3000 metros, nuestro guía nos llevó a una especie de mirador en la misma ladera. La cumbre apenas se distinguía, estaba envuelta en nubes o vapores, y un reguero de lava seca, parecido a una lengua extendida de ceniza, se extendía hacia el valle de arrozales, bananos y aldeas que llega hasta Yogyakarta. Año y medio antes la aparentemente inofensiva montaña había matado a 5000 personas.
A veces no sé si pensar que el mundo es pequeño o si tengo la vista fija en el último átomo de una ilusión inconmensurable. ¿Está todo conectado o no lo está nada y somos nosotros quienes lo hilamos para darle un sentido? Precisamente hoy he leído una cita de Einstein que viene al caso: Reality is merely an illusion, albeit a very persisting one. La única forma de no volverse loco es renunciar a la posibilidad de comprender por qué ocurren las cosas.
[Así lo muestra Radio Bio-Bio, y así lo recuerdo yo]
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