9.2.13

Turismo a la moderna

[Pues esto es Maia la nuit, de lo más estimulante]

"Vuela a Oporto, lo pasarás bien..." Los viajes de empresa del mundo moderno no son ni inocentes ni placenteros. Digo del mundo moderno, pero no sé si había viajes de empresa en el mundo analógico. Y a decir verdad tampoco me importa mucho. Vamos y venimos, nos conectamos, escribimos un cerro de correos electrónicos, completamos formularios, pasamos controles... ¿pero para qué todo esto? ¿De verdad sirve para algo? ¿Esto es lo que llamamos generar riqueza? Un montón de humo vendido y dinero que cambia de manos, pero ¿qué hemos construido realmente? Así es la vida en los parques empresariales que brotan en la corteza de las grandes ciudades, donde multitud de arañas de todos los tamaño tejen telas que el viento se lleva una y otra vez. Y siempre hay alguien a quien le toca cargar el arma, como a Rachel Weisz en The Bourne Legacy (peli que estoy viendo en este momento).

Hace poco una compañera encontró otro trabajo, y bromeaba sobre trabajar en Gran Vía con Montera (área tradicional de las profesionales en Madrid); casi sin darme cuenta dije "la verdad es que yo siempre he trabajado en polígonos", una frase que ha causado sensación entre mis compañeros. Profesionales de acera, de rotonda o de despacho, son muy pocas las diferencias. No me extraña que a la gente le dé por la jardinería, el bricolaje o la cocina. Sólo trabajar con las manos nos hace sentir limpios y útiles.

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