21.4.11

Vanity trade center

[Las cuatro torres de Mordor, y a sus pies, bloques del Cuéntame.]


Paso por las Torres de la Ciudad deportiva para ir y venir del trabajo, y cada día me resultan más feas. Aunque parezcan de cristal tallado y sean esbeltas e inmensas a un tiempo, no son más que monstruos de soberbia surgidos de entre un montón de casas bajas y humildes de barrio obrero. El capricho de un nuevo rico que ha visto Manhattan y La Defense y se ha construído uno a medida. Supongo que el efecto es ridículo porque no eran más que la primera hornada que pensaban construir, y la crisis las ha dejado aguantando solas el chaparrón. En días como hoy, grises y lluviosos, el contraste con el resto de edificios es tan evidente que casi siento pena por ellas. Sólo los atardeceres naranjas y rosados les devuelven algo del pretendido esplendor, con esa luz se puede creer que son una avanzadilla. El otro momento es de noche si se ven desde el barrio de Chamartín y hay gente en las oficinas todavía, porque dan a la ciudad cierto aire de Blade Runner.


Y al mismo tiempo, son una madrileñada más. Que no se pierda el pathos quevediano: "miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes ya desmoronados". Casi como no ganar la Copa de Rey en 18 años y dejar que la atropelle el autobús justo antes de llegar a Cibeles. Grande Piqué, pero más grande Ramos.

No hay comentarios: