27.4.11

Otros meteoros


[La canción te sonará del anuncio de Decathlon. El vídeo es la interpretación personal de un noruego de la música del cantante de Sigur Ros. Y la foto es mía y del Far West.]

You grow, you roar
Although disguised,I know you
You'll learn to know
You grow, you grow like a tornado
You grow from the inside
Destroy everything through
Destroy from the inside
Erupt like a volcano
You flow through the inside
You kill everything through
You kill from the inside
You'll... You'll learn to know
I wonder if I'm allowed ever to see
I wonder if I'm allowed to ever be free
You sound so blue
You now are gloom
You sound so blue
You now are gloom
I wonder if I'm allowed just ever to be

[Jónsi, Tornado]

25.4.11

Señales ocultas entre las páginas

[Otro domingo gastando en librerías]

La Casa del Libro me deparaba este descubrimiento. ¿Por qué han escogido al gato negro para ser portada del volumen 6? Ni idea. Pero parece más apropiada para una antología de Poe que para literatura española. Aun así he encontrado un fragmento adecuado:

Por encima de las botellas, por encima del estante, por encima de los hombros del amo, se veía saltar un gato enorme, que pasaba la mayor parte del día acurrucado en un rincón, durmiendo el sueño de la felicidad y de la hartura. Era un gato prudente, que jamás interrumpía la discusión, ni se permitía mayar ni derribar niguna botella en los momentos críticos. Este gato se llamaba Robespierre.

[B. PÉREZ GALDÓS 2005 La Fontana de Oro. Madrid: Alianza Editorial. Pag. 29]

23.4.11

All the wild horses

[Burrito y pareja de caballos con su potrillo en una finca de Cáceres]

Llevo desde que empezó la primavera con la perrita de que este tiempo me hace pensar en Francia. Pero sólo tenía que ir al campo para desengañarme. Lo que echaba de menos eran las colinas con pasto y flores, lluvia y sol inesperados... la vida campera.


[Las nubes grises al fondo y la hierba plateada me hace pensar en Escocia]

All the wild horses
All the wild horses
Tethered with tears in their eyes
May no man's touch ever tame
May no man's reigns ever chain you
And may no man's weight ever defrayed your soul
And as for the clouds
Just let them roll,
Roll away

[Ray Lamontagne, All the wild horses]



21.4.11

Vanity trade center

[Las cuatro torres de Mordor, y a sus pies, bloques del Cuéntame.]


Paso por las Torres de la Ciudad deportiva para ir y venir del trabajo, y cada día me resultan más feas. Aunque parezcan de cristal tallado y sean esbeltas e inmensas a un tiempo, no son más que monstruos de soberbia surgidos de entre un montón de casas bajas y humildes de barrio obrero. El capricho de un nuevo rico que ha visto Manhattan y La Defense y se ha construído uno a medida. Supongo que el efecto es ridículo porque no eran más que la primera hornada que pensaban construir, y la crisis las ha dejado aguantando solas el chaparrón. En días como hoy, grises y lluviosos, el contraste con el resto de edificios es tan evidente que casi siento pena por ellas. Sólo los atardeceres naranjas y rosados les devuelven algo del pretendido esplendor, con esa luz se puede creer que son una avanzadilla. El otro momento es de noche si se ven desde el barrio de Chamartín y hay gente en las oficinas todavía, porque dan a la ciudad cierto aire de Blade Runner.


Y al mismo tiempo, son una madrileñada más. Que no se pierda el pathos quevediano: "miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes ya desmoronados". Casi como no ganar la Copa de Rey en 18 años y dejar que la atropelle el autobús justo antes de llegar a Cibeles. Grande Piqué, pero más grande Ramos.

Inventar el ferrocarril


No sé cómo he persistido en viajar en autobús cuando el tren estaba ahí al lado, esperando a llevarme más despacio pero con un enchufe para el cargador del portátil. Como tengo el modem USB ni siquiera echo de menos el wifi (no uso spotify para que la red , que va y viene, se centre en Blogger). De todas maneras puedo escuchar Vampire Weekend mientras escribo esto, y casa bien con el paisaje que veo correr a mi lado por el rabillo del ojo: fresnos y robles con las hojas nuevas brillantes, mojadas por las tormentas que han caído en estos dos últimos días en Madrid. Chalets escondidos en gargantas, arropados por rodales de pinos. Las ocasionales vacas negras o canela del país. No es nada fácil sacar buenas fotos de paisajes en movimiento, pero las que tenéis aquí dan una idea de lo que es Guadarrama en abril. Queda lejos de los verdes colinas de Maine, pero...


Como buena madrileña lo soy de adopción y me encanta la sierra. En invierno está preciosa por la nieve, los verdes de la primavera la rejuvenecen, en verano es el único refugio en el que se puede sobrevivir la canícula, y los árboles del otoño inspiran una dulce melancolía. Con el tiempo me he hecho más sensible al cambio de las estaciones y de las sensaciones que los meteoros atmosféricos tienen en mi ánimo. Debo estar haciendome mayor, porque la sensación de paso del tiempo arrastra consigo la de pérdida: la pregunta "¿volveré a ver esto de la misma manera algún día" me asalta cada vez con más frecuencia, igual que brotan los recuerdos por un olor o efecto de luz. No deja de ser curioso que las precipitaciones, la dirección del viento y la presión puedan modificar mi estado de ánimo. Pero es uno de los tropos más antiguos de la historia de la literatura, así que no puedo presumir de ser original en esto tampoco.



Pensamiento banal y simplicísimo: ojala pudiera vivir para ver y sentir todo lo que los viajes por el mundo ofrecen. Que no, que no tengo más ganas de trabajar. Que me pueden dar ya los euromillones, no tenemos porque seguir jugando al gato y el ratón.

19.4.11

Entusiasmada por sorpresa


[¿Sueño o esa es la Razzmatazz? Vivo de recuerdos.]

Todos los raros fuimos al concierto del gran telépata de Dublín
Media hora antes invadimos el metro, yo iba obligado y tú en éxtasis
Y tanto os daba ocho como ochenta a los fanáticos de John Boy
Frente al estadio ya cantábais sus temas, primeras filas vuestra obsesión
Decíais que John Boy era boreal, algo ambiguo y de infancia gris
Sinceramente yo lo detestaba hasta morir
La luz se desmayó, "¿con cuál van a empezar?"
A ti te daba igual, dijiste: "acertará" Oh, oh, oh!

¿Como es posible que haya estado en tus infiernos?
Es imposible, no, misterio, y quién tuviera su don...
Sería posible conocerte más por dentro
No lo conseguiré, saber más de ti
Yo no soy fan, otro fan de John Boy
Odio a John Boy, tu odiarás a John Boy

De aquellas masas era el gran insecto, "tiene poderes" llegaste a decir
Creo que lleva media vida huyendo, quizás le pasa lo mismo que a mi
Había expandido su emisión global desde Lima hasta Reikiavik
Y sin embargo a quien tenía cerca no podía transmitir
Mirada universal de alcance personal
Me hipnotizó por fin con su verso letal. Oh, oh, oh!

Como es posible que haya estado en sus infiernos
Es imposible, no, misterio, y quien tuviera su don
Sería posible conocerte más por dentro
No lo conseguiré, nunca sabré si yo no tengo su don
Si yo no tengo su don.
Y ahora ya soy, y ahora ya, ya lo soy
Y ahora ya soy, otro fan de John Boy.


[Love of Lesbian, Fan de John Boy]


[El vídeo tiene que estar inspirado en Luz y Xavi, los personajes de Arroz Pasado, de Juanjo Sáez. ¿No es evidente?]

17.4.11

Nos han contado un cuento

[Es difícil adivinar que bajo esa cara de anciano chino, Pla tenía todas las claves]

5 de febrero - Mi generación. Que yo hable de mi generación, claro, tiene gracia. ¿Qué sé yo de mi generación? Hablo de la generación literaria. El resto - mi curso de la universidad - apenas me interesa. Pero cuando hablo de mi generación hablo de mí. Mi generación soy yo - porque estoy seguro de que hay disperso un grupo de personas totalmente desconocidas, imposibles de localizar, que ven las cosas, que piensan como yo -.
Es cuando hablo con la gente que tiene veinte años más que yo, cuando veo claramente las características de la generación de que formo parte. Nosotros venimos de los libros. Nosotros hemos leído y leemos libros. Creemos que hemos vivido porque hemos leído libros. Los libros nos han dado la esperanza de algo. Los libros nos han sugerido la esperanza de algo. Hemos esperado años y años que algo se produciría. ¿Qué se ha producido? Absoltamente nada. Nada. Esto nos ha llevado a suponer que los libros nos dicen una cosa y que la vida dice otra muy diferente. Los libros nos dicen que el mundo, los hombres, las mujeres, están hechos de una manera distinta. Los libros nos dicen que existe el amor, la gloria, la bondad, la grandeza. La vida nos dice que no hay nada. ¿De qué hablan los poetas? ¿Qué sentido tiene lo que dicen los poetas? ¿Por qué hablan de esa manera? ¿Quién les hace hablar así?

[Josep PLA 1999 El Cuaderno Gris. Madrid: El Mundo Unidad editorial. Pag. 309]

12.4.11

Pensando en las vacaciones

[San Vicente de la Barquera tras un chaparrón de verano]

Tiempo de pensar en vacaciones. Nada está decidido, pero como el plan del otoño es pasar 10 días en Georgia (dedos cruzados para que nada se tuerza), unos días de consumo interno me parecerían más que bien. El año pasado fue el norte, éste estoy pensando en Almería. Aunque el calor almeriense en julio me da bastante reparo, especialmente si lo comparo con estas imágenes zen de Cantabria. ¿Veranito de jersey y zapatillas o de pareo y chanclas?

10.4.11

Ostracon

[Josep Plá (derecha) con su amigo Alexandre Planas. Tan joven y ya tan cínico - ¿o estas reflexiones son añadidos de épocas más maduras del escritor? Fuente]

26 de julio - Hay días - unos más que otros - en que no puedo resistir la soledad. Me es imposible [...] La soledad humana es un hecho biológico sagrado. El hombre es un animal cerrado en si mismo, impenetrable, inexplicable, incapaz de ser expresado de fuera a dentro ni de expresarse de dentro a fuera. Quizás el hombre tiende a a expresarse con una cierta claridad - ¡y aún! - cuando paga - en dinero o en especies - . Pero nuestra vanidad, el amor propio, nos lleva a penetar en la sagrada soledad de los demás, con la esperanza de que se nos darán gratuitamente. El amor propio nos crea la ilusión de que podremos obtener de los demás alguna cosa gratuita, sin pagar, de balde - la fantasía de que los otros abolirán, para hacernos gracia, su sentido de conservación y su soledad ineluctable. Es natural que unas pretensiones tan desorbitadas nos produzcan problemas y lacerantes amarguras.

En cierto aspecto, el resecamiento absoluto es un mal negocio porque conduce al mutismo. Conozco personas de las que me consta que comenzaron la vida siendo muy habladoras y que a mí ya no me han dicho prácticamente nada. El ideal debe consistir en llegar a un resecamiento justo, tan suficientemente justo que sirva para no olvidar que el único acto importante de la vida es del de pagar y que la fórmula más agradable de la convivencia humana es la banalidad - la conversación banal, banalísima. La relación banal es positiva y relajante, constribuye a mantenerse en aquel punto de confusión mental que es indispensable para tener una buena salud e ir tirando en la vida. La banalidad se puede alargar o acortar a voluntad. Me parece que no se puede pedir más [...]. En todo caso, si la soledad es irresistible, no se puede negar que es barata. No hay ningún ávaro que no sea un solitario. No hay ningún ávaro que no lo sea también de sentimientos y de palabras.


[Josep PLÁ (1999) El Cuaderno Gris. Madrid: El Mundo Unidad Editorial. Pág 119]

Cosas que hacer un sábado en Madrid


[Una lástima que nadie se lanzara a bailar]

Ir de compras por la calle Fuencarral puede subir el ánimo a cualquiera. No sólo porque cada tienda ofrece algo especial que compraría si fuera una de las hermanas Cruz. Es más porque siempre hay gente interesante que ver. Por ejemplo este grupo de músicos ¿franceses? versionando como la banda de Brassed off à la Clockwork Orange la archifamosa A whiter shade of pale.

Cómo se llaman los músicos, no lo sé.

7.4.11

The (aging) hedonist

[The Open Window (1921)de Pierre Bonnard. ¿Cómo sabrá eso de elegir entre un paseo por los montes que se vislumbran al fondo o unas horas navegando por la Costa Azul]

Desde que no vivo en casa de mis padres me da por pensar, cuando llega el buen tiempo, en la cantidad de tardes que he perdido en mi vida sólo porque no sabía disfrutarlas. La adolescencia es una edad idiota que no contempla el concepto felicidad. Salgan días buenos o malos uno está más preocupado por saber si verás por la noche al pobre ser del que andas enamoriscada (que tendría los mismos dilemas que yo, supongo, y seguramente ni era consciente de mi presencia). Los granos y los éxámenes pesan más que los atardeceres, antes de los 20 uno parece vivir para sufrir. ¿Es ganar dinero lo que nos hace apreciar las cosas placenteras, grandes o pequeñas?¿O es la experiencia de la muerte, o la de la soledad? Tal vez sea cosa de la edad, según crecemos nos damos cuenta de que en el fondo no tenemos nada y hasta nuestro cuerpo deja de pertenecernos, funciona con reglas nuevas: se arruga, se reseca, se debilita en contra de nuestra voluntad.

Desde que no teletrabajo me sorprenden las tardes como ésta. Me sorprende la luz, el buen tiempo, las horas por delante que tengo para dedicarme a escuchar música, regar las plantas o escribir una entrada, tomar unas cervezas mientras aún hay luz en la calle. Igual me estoy acostumbrando mal, luego me ocurre lo del sábado pasado: estaba dando una vuelta por el centro y me intimidaba la gente con sus risotadas, sus conversaciones en voz alta, sus andares agresivos. No debería acostumbrarme a no hablar apenas una vez que salgo de la oficina. Ni estar deseando que me toquen lo euromillones para dejar de trabajar y dedicarme sólo a cosas interesantes, porque no va a pasar. Pero ¿quién quiere hablar cuando el sol se filtra por las pestañas y se escucha el murmullo apagado de la ciudad que se prepara para la noche del jueves?

6.4.11

Peligro constante

[ François Sagan con unos amigos en su deportivo]

Ayer me apunté a la autoescuela por fin. Carkeys, here I go!

4.4.11

La politesse du désespoir


[Las imágenes son de 500 days of Summer (2009)]

Good times for a change
See, the luck I've had can make a good man turn bad
So please, please, please let me, let me, let me,
let me get what I want this time.
Haven't had a dream in a long time
See, the life I've had could make a good man bad
So, for once in my life let me get what I want
Lord knows it would be the first time
Lord knows it would be the first time


[The Smiths, Please please please let me get what I want]

3.4.11

Otra primavera en Chamberí

[Yo no tengo un huerto de cerezos, como Chejov, pero casi.]

Casi no me he dado cuenta de que empezaba la primavera hasta que ha cambiado la hora (cuando vuelvo de trabajar se pone el sol tras las cuatro torres de Mordor) y los árboles de mi calle han brotado, llenándose de flores rosas de manera casi explosiva. Los cerezos son preciosos, pero eso toque japonés y bucólico queda ahogado en medio del fragor de los coches y la sombra que proyectan los edificios. resulta un poco extraño que la naturaleza siga empeñada en luchar contra la contaminación y el desánimo, como ajena a todo lo que ocurre. April is the cruellest month (es una vieja tradición empezar el mes con esta cita). Pero también a mi me ha arrastrado, y he plantado las primeras semillas de la temporada. veremos si sobreviven al chaparrón que ha caído esta tarde.

[Ramas floridas de Prunus avium desafiando al cielo nublado]