[Estatua de Viriato en Zamora. Ensayando para cuando mande a la Troika]
Repaso las fotos que he sacado durante estas vacaciones mientras veo por enésima vez Ben-Hur en la televisión. Y no sé cómo nos dejan seguir viendo este tipo de películas, son bastante más subversivas de lo que parecen a primera vista. No sólo por la ambigua relación Judah-Mesala (lo sabemos Messala, a ti no te mola la hermana de Charlton Heston, te mola él). También está la fuerza de una hombre humillado y hecho esclavo por un pueblo invasor que oprime al suyo. No sé si en tiempos esta peli fue una fantasía de judíos huidos de Alemania a Hollywood, pero se le puede dar la vuelta tantas veces como se quiera: ¿O no se podría hacer lo mismo con un irakí o un afgano? ¿ Y era Viriato algo diferente? Pero basta de usar a los pobres romanos como ejemplo de todo mal, no hay nada más romano y contradictorio que un occidental. Todos somos tiranos y esclavos. Tanto para el mal como para el bien, es un romano el que le quita todo y otro quien le ayuda a recuperarlo.
Bueno, y Jesucristo, al que siempre está bien tener de tu lado.
La gente del cine puede ser capaz de decir muchas tonterías (tengo particular manía a Javier Bardém, por ejemplo, que imparte lecciones cada vez que puede) pero hay que reconocer que una imagen sigue valiendo más que mil palabras, y algunas series y películas made in USA hacen más por redimir la imagen de Estados Unidos que un secretario de estado. He visto las dos temporadas de Homeland y me han sorprendido en cada capítulo. No hacen una sola concesión a lo políticamente correcto; venga de la Agencia o de los terroristas, no dejan títere con cabeza. Me gustaría mucho saber cómo interpretan la serie en Pakistan o Iran, por ejemplo, si es que les dejan verla. Hablando de Irán, por cierto, anoche vi Argo. Y me gustó bastante. Creo que consigue dar una imagen de la revolución algo distinta de la habitual: no se trata de un hatajo de fanáticos iletrados a los que es fácil engañar. Da la impresión de que los iraníes hacen lo que tiene que hacer, que es pillar a los americanos con las armas que tienen. Pero tampoco se les humilla porque no lo consiguen. Todo es un gran sueño, una película, un elaborado cuent que nos hace cuestionarlo todo. Podemos sentirnos mal cuando unos actores nos abren los ojos, pero esa es su misión.
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