[Es obvio, el entrenamiento funciona. Everybody loves The Face]
La tele estaba encendida pero apenas estaba prestándole atención, lo que necesitaba era ruido blanco para seguir trabajando en el ordenador. Y de pronto una canción se fue haciendo presente poco a poco a baquetazos. Sin saber su nombre o su letra reconocí a Carney y Auerbach (es extraño sentir esta familiaridad con ellos, cuando sólo hemos compartido espacio con otras 15000 personas). Era I got mine, la busqué más tarde.
En pantalla, (porque tuve que subir la vista) estaba Bradley Cooper descamisado y enzarzado en un repartee clásico con Jessica Biel: Bronceado, musculoso, media sonrisa lobuna, barba de tres días, guiño canalla en los ojos... el perfecto seductor. Pero detrás de la fachada, bajo esos párpados a media asta, falsamente indolentes, vigilaba un cerebro siempre alerta, maquinando... Los chicos malos nunca son tontos. He ahí el problema.
Así eché el resto de la noche, estuve viendo "El Equipo A". Pero es que salía Bradley Cooper .
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