15.2.11

A floating echo of our secret voice

[¿Desconchón pintado o espejo?
Oso polar frente a la Escuela de Minas, en la calle Cristobal Bordiú]

[...]
But often, in the world's most crowded streets,
But often, in the din of strife,
There rises an unspeakable desire
After the knowledge of our buried life;
A thirst to spend our fire and restless force
In tracking out our true, original course;
A longing to inquire
Into the mystery of this heart which beats
So wild, so deep in us—to know
Whence our lives come and where they go.
And many a man in his own breast then delves,
But deep enough, alas! none ever mines.
And we have been on many thousand lines,
And we have shown, on each, spirit and power;
But hardly have we, for one little hour,
Been on our own line, have we been ourselves—
Hardly had skill to utter one of all
The nameless feelings that course through our breast,
But they course on for ever unexpress'd.
And long we try in vain to speak and act
Our hidden self, and what we say and do
Is eloquent, is well—but 't is not true!
And then we will no more be rack'd
With inward striving, and demand
Of all the thousand nothings of the hour
Their stupefying power;
Ah yes, and they benumb us at our call!
Yet still, from time to time, vague and forlorn,
From the soul's subterranean depth upborne
As from an infinitely distant land,
Come airs, and floating echoes, and convey
A melancholy into all our day.
[...]

[Matthew Arnold, "The Buried Life" (fragment)]
-
Aunque ya he terminado el libro de Chéjov que estaba leyendo, todavía le doy vueltas tratando de definir qué es lo que lo hace tan especial. Lo que más me ha sorprendido es que sus personajes no sólo son conscientes de su propia vida interior, si no que algunos son capaces de intuir parte de la vida subterránea que fluye por los otros. El narrador omniscente tiene las llaves de todos los joyeros, nada es un misterio para él, y nos descubre las cosas según le interesa desarrollar la historia. Chejov ha perfeccionado el juego, y aparte del narrador, son unos personajes los que nos descubren a otros, a veces con descarnado realismo. Sasha no sólo es un catalizador de las emociones y acciones de Nadya en The Bride, parte de lo que ella descubre a lo largo del relato, él ya lo ha intuido. Pero lo más inquietante es la idea de que igual que cada uno ocultamos parte de nuestra vida, los demás también llevan la procesión por dentro bajo apariencias acorazadas. No deja de asombrarme que podamos convivir considerando la amplias zonas oscuras de lo que no conocemos, lo que tergiversamos, lo mentido, lo imaginado, lo mal expresado y lo peor entendido.

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