16.12.10

Buchenwald

[Hayedo de Tejera Negra, Guadalajara]

Hay palabras que tienen una carga de significado tan fuerte que es casi imposible descascarillarlas, leerlas desnudas, como por primera vez. "Buchenwald" es una de ellas. Literalmente significa "bosque de hayas", pero nadie puede pronunciarla sin que las letras se desintegren en una ceniza gris, sombría, que alude inevitablemente al holocausto. Cuando Klimt dedicó unos días a pintar un bosque de hayas y alerces no podía imaginar cosa semejante. Un bosque de hayas era autoexplicativo en su tiempo. Y a pesar de que es difícil no quedarse en esta perversión del lenguaje, me gusta recordar las palabras de Primo Levi, superviviente, a su vez, de Auschwitz:

“I don’t resent speaking German or hearing German. I think German is a noble language—the language of Goethe, of Gotthold Lessing. The language itself has nothing to do with the Nazis; it was distorted by the Nazis.”

[Gustav Klimt, Birkenwald/Buchenwald (1903)]

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