30.6.09

Entre el exprimidor y el aspirador

["Se te va a pasar la vida limpiando el salón", dice La Mala]

Pienso en el fin de semana y ¿qué he hecho? Prácticamente nada excepto limpiar, planchar y cocinar. ¡Qué triste! Tampoco tenía energía para mucho más, últimamente mis pocos cartuchos se queman en el trabajo. Irónico, ni el trabajo ni el hogar me hacen más libre, ahora estoy alienada por los dos. He hecho una lista de cosas que me gustaría tener para ser libre de estas cadenas:

1.- un boleto premiado con los euromillones, ó
2.- una donación anónima de fondos jugosos, ó
3.- una portada de ¡Sorpresa! con su correspondiente gira en Telecinco, ó
4.- una maleta con billetes pequeños sin marcar, ó
5.- una cartera perdida y hallada en los escalones del metro

No puedo regatear más, con menos no tendría para pagar una asistenta (que no me va a resolver nada, pero me dará al menos una falsa sensación de libertad...)

El hartazgo de esta vida en el exprimidor se ha colmado por la mañana cuando mi empresa nos ha dicho que no paga hoy, que le viene mejor mañana. Con el cariz que están tomando las cosas en este país algunos casi se han hecho pipí en los pantalones: todas las letras chupan los recién estrenados y ya perdidos fondos según entran en las cuentas. Qué maravilla de civilización, el precio de no ser norcoreano es vivir en el alambre eléctrico de los mercados.

Y mientras gira la rueda, ¿qué he hecho con mi vida?

29.6.09

Zaragoza morisca

[El vídeo de U2 me ha recordado esta imagen de Zaragoza.
Si no fuera por las ventanas podría parecer también Fez]

28.6.09

Lost in translation

["Por la noche/rayos invisibles se disparan..."(Mala Rodríguez)]

[...]
Yet more and more time passes silently.
Outside the wind's incomplete unrest
builds and disperses clouds about the sky.
And dark towns heap up on the horizon.
None of this cares for us. Nothing shows why
At this unique distance from isolation
It becomes still more difficult to find
Words at once true and kind
Or not untrue and not unkind.
-
[Philip Larkin, "Talking in Bed"]

Still life with cat

[Panterita asesina antes de lanzarle un mordisco a una flor]

Tengo una planta. Sólo hace dos semanas que la cuido en casa y ya da muestras de estar empezando a languidecer: ¿por qué? No lo entiendo, debo ser la peor jardinera del mundo, no soy capaz de cuidar de vegetales, ¡no entiendo sus ritmos! No es la primera planta con la que acabo, ya he tenido malas experiencias antes. Y aún así no consigo averiguar qué les pasa. Hubo un momento en el que no dejaban de salirle flores y los gatos estaban interesadísimos en ella. Ahora no sé cuánto más vivirá.
Los mamíferos se me dan mucho mejor. Ayer estuve viendo a una pequeña mamífera humana recien nacida, de nombre Claudia. Es lo habitual, lo sé, pero cuando nacen están totalmente hechos, no les falta detalle aunque tengan caras de ancianitos. Dedos pequeñísimos con uñas pequeñísimas, pelillos finos en la cabeza, piel finísima... hasta huelen bien. Tampoco creo que pudiera cuidar de ella (mis habilidades no han pasado todavía de llenar un cuenco con comida una vez al día y poner otro con agua fresca). Pero reconozco que ésta me pareció bonita, probablemente también porque no lloraba nada - y eso siempre es un alivio.

[Eliott Erwitt (1953)]

Sublime




[Burke described the sensation attributed to the sublime as a 'negative pain' which he called delight, and which is distinct from positive pleasure (from Wikipedia, on "Sublime")]

Magnificent
Magnificent
Magnificent
I was born, I was born to be with you
In this space and time
After that and ever after I haven’t had a clue
Only to break rhyme
This foolishness can leave a heart black and blue
Only love, only love can leave such a mark
But only love, only love can heal such a scar
I was born, I was born to sing for you
I didn’t have a choice but to lift you up
And sing whatever song you wanted me to
I give you back my voice
From the womb my first cry, it was a joyful noise…
Only love, only love can leave such a mark
But only love, only love can heal such a scar
Justified till we die, you and I will magnify
The Magnificent
Magnificent
Only love, only love can leave such a mark
But only love, only love unites our hearts
Justified till we die, you and I will magnify
The Magnificent
Magnificent
Magnificent
-
[U2, Magnificent]

20.6.09

Melancolía mediterránea

[Shelley escribió este poema en diciembre de 1818.
Tres años y medio después se ahogó frente a la costa de La Spezia.
En este mismo mar. La foto es de Cabo Tiñoso, Murcia.]

The sun is warm, the sky is clear,
The waves are dancing fast and bright,
Blue isles and snowy mountains wear
The purple noon's transparent might,
The breath of the moist air is light,
Around its unexpanded buds;
Like many a voice of one delight,
The winds', the birds', the ocean floods',
The City's voice itself, is soft like Solitude's.
I see the Deep's untrampled floor
With green and purple seaweeds strown;
I see the waves upon the shore,
Like light dissolved in star-showers, thrown:
I sit upon the sands alone, -
The lightning of the noontide ocean
Is flashing round me, and a tone
Arises from its measured motion,
How sweet! did any heart now share in my emotion.
Alas! I have nor hope nor health,

Nor peace within nor calm around,
Nor that content surpassing wealth
The sage in meditation found,
And walked with inward glory crowned -
Nor fame, nor power, nor love, nor leisure.
Others I see whom these surround -
Smiling they live, and call life pleasure; -
To me that cup has been dealt in another measure.
Some might lament that I were cold,

As I, when this sweet day is done,
Which my lost heart, too soon grown old,
Insults with this untimely moan;
They might lament -for I am one
Whom men love not, -and yet regret,
Unlike this day which, when the sun
Shall on its stainless glory set,
Will linger, though enjoyed, like joy in memory yet.
Yet now despair itself is mild,

Even as the winds and waters are;
I could lie down like a tired child,
And weep away the life of care
Which I have borne and yet must bear,
Till death like sleep might steal on me,
And I might feel in the warm air
My cheek grow cold, and hear the sea
Breathe o'er my dying brain its last monotony.
-
[Percy B. Shelley, "Stanzas Written in Dejection near Naples"]
.
[Costa de Cartagena desde el Fuerte de Cabo Tiñoso.
Así lo vió Aníbal (o casi, sobra la refinería de Repsol al fondo)]

19.6.09

Black karma

[In memoriam, febrero 2006-junio 2009. Descárguese en paz.]

No falla: es dar un paso hacia delante en algo, y siempre surge un obstáculo que me hace retroceder. Esta vez es una tontería, pero no deja de molestarme (por más que se me haya encallecido la sensibilidad): esta mañana iba camino de mi segundo día de gimnasio y he perdido el ipod en el autobús, y de la manera más tonta. La de vueltas que ha dado ese iPod por el mundo y me pasa en un sitio familiar. ¡Ya casi no quedan de esos! Los nano de ahora son feísimos, nada que ver con el negro y metal del mío. Y tampoco podré recuperar toda la música. Pero bueno, ya debería haberme acostumbrado a estos accidentes cotidianos.

Ahora escucho la última canción que he oído y oiré en él, "Hasta que el sueño venga", de Los Rodríguez. Tengo el doble de años que cuando empecé a oírla y me sigue haciendo pensar en las mismas cosas, es curioso. Entonces estaba metida en la cama con un walkman y ahora tengo el portátil.

"Soy gitano y vengo a tu casamiento a romperme la camisa, la camisita que tengoooo...". ¡Quiero mi iPod (decir con voz de Enjuto Mojamuto en el capítulo en el que se va Interneeeeeeeee...).

16.6.09

Días de baloncesto




[No se han juntado sólo para un anuncio de Adidas, se conocen desde hace mucho. Loquillo iba para jugador pero el rock&roll fue más fuerte. ]

Algunas veces los detalles se encadenan de tal manera que es difícil no pensar en casualidad o conjura cósmica. Esa cadena no existe más que en mi cabeza, pero es por esas estructuras en el aire que mi vida cobra algo de sentido. Hoy estaba tomando cañas en uno de mis sitios favoritos de la calle Fuencarral (el Patatus) y en determinado momento he perdido el hilo de la conversación porque un vídeo nuevo para mí salía por la tele. Era Memoria de jóvenes airados, de Loquillo (Balmoral, reeditado en 2009) y una serie de viejunos vagamente familiares jugaban al baloncesto en pantalla. Esos señores son Andrés Jiménez, Epi, Nacho Solozábal, Manolo Flores, Agustín Cuesta y Javier Mendiburu, aunque no he distinguido a ninguno hasta que he visto el vídeo en youtube al llegar a casa.

Me han traído a la memoria recuerdos que llevan algún tiempo tratando de salir. Todo empezó cuando hace un mes me consiguieron una entrada para ver el último partido de liga del Estudiantes. Jugaban contra el TAU en el Telefónica Arena, y, por primera vez en muchos, muchísimos años, me hicieron volver a salir de casa una sábado a las 4 para ir a ver un partido. Desconozco todo o casi todo del baloncesto moderno (Gasol acaba de ganar un anillo de la NBA con los Lakers, sí, aunque Calderón es mi favorito con diferencia, por paisano), pero a los pocos minutos volví a sentir la emoción de un deporte que tengo abandonado como espectadora desde hace siglos. Volví a sentir el ritmo y me dejé llevar por la atmósfera y una dinámica que conozco bastante bien: también yo fui a un colegio en el que el baloncesto era el deporte rey, y mis antiguos compañeros siguen echando sus pachanguitas como Epi y compañía.

Estos momentos me envejecen, más que rejuvenecerme: todos a mi alrededor hacen limpieza mental de las cosas que ocurrieron, mientras yo sigo anclada en unas circunstancias que sólo siguen siendo las mías porque me empeño en reproducirlas. Escucho a Loquillo como si me fuera un profeta, pero en realidad estoy retorciendo a mi manera los recuerdos que su vídeo ha despertado. Recuerdo e inmediatamente me lo invento. Queda poca energía para vivir además. Pero de eso Loquillo no tiene la culpa, y el respeto que le tengo sigue intacto. Al final es tan icono de mi infancia como Epi, y me ha enseñado cosas. Lo que yo haya hecho de ellas ya es cosa mía.

[Qué tontería, a veces confundía a San Epifanio con un base del pasado]

15.6.09

De reojo

[La foto es de una gasolinera de Getafe.
La historia una gira por provincias.
Una película imprescindible y 90 kilómetros]

Maya: You know, can I ask you a personal question, Miles?
Miles Raymond: Sure.
Maya: Why are you so in to Pinot?
Miles Raymond: [laughs softly]
Maya: I mean, it's like a thing with you.
Miles Raymond: [continues laughing softly]
Miles Raymond: Uh, I don't know, I don't know. Um, it's a hard grape to grow, as you know. Right? It's uh, it's thin-skinned, temperamental, ripens early. It's, you know, it's not a survivor like Cabernet, which can just grow anywhere and uh, thrive even when it's neglected. No, Pinot needs constant care and attention. You know? And in fact it can only grow in these really specific, little, tucked away corners of the world. And, and only the most patient and nurturing of growers can do it, really. Only somebody who really takes the time to understand Pinot's potential can then coax it into its fullest expression. Then, I mean, oh its flavors, they're just the most haunting and brilliant and thrilling and subtle and... ancient on the planet.

[Paul Giamatti & Virginia Madsen en Sideways (2004)]

5.6.09

9 años y una vida

[Cat en Coraline and the Secret Door (2009)]

Aún no la he visto, pero soy coleccionista de estas representaciones casuales del gran espíritu. Que ya tiene 9 años.

O eso creemos, porque fue encontrada el 4 de julio y simplemente le descontamos un mes. Ya pueden cantar por ahí "a black cat has crossed my path, tell me what's good luck about that?". Can't disagree more.

4.6.09

Bob cut

[Llevé un vestido igual a la penúltima boda, aunque verde azulado]

He encontrado esta foto de Nathalie Portman y he tenido que apoderarme de ella: mi pequeña manía transformista no me permite resistirme a este tipo de pelucas, ¡si no hubiera perdido la mía! Sólo me puse en una fiesta de disfraces, pero qué recuerdos...

Hay algo en este look de vampiresa años 20, es un híbrido entre Chicago y Paris, duro y delicado. Sofisticado. Superficial como Daisy Buchanan, brutal y mística como Irina Spalko. Dulce como Amelie o sensual como Velma Kelly.

La melena bajo la que se esconden los aliens rarunos.

2.6.09

Deadly craving for delay

[Caspar D. Friedrich (1818) El Caminante ante el mar de niebla]

[...] We have a task before us which must be speedily performed. We know that it will be ruinous to make delay. The most important crisis of our life calls, trumpet-tongued, for immediate energy and action. We glow, we are consumed with eagerness to commence the work, with the anticipation of whose glorious result our whole souls are on fire. It must, it shall be undertaken to-day, and yet we put it off until to-morrow, and why? There is no answer, except that we feel perverse, using the word with no comprehension of the principle. To-morrow arrives, and with it a more impatient anxiety to do our duty, but with this very increase of anxiety arrives, also, a nameless, a positively fearful, because unfathomable, craving for delay. This craving gathers strength as the moments fly. The last hour for action is at hand. We tremble with the violence of the conflict within us, -- of the definite with the indefinite -- of the substance with the shadow. But, if the contest have proceeded thus far, it is the shadow which prevails, -- we struggle in vain. The clock strikes, and is the knell of our welfare. At the same time, it is the chanticleer -- note to the ghost that has so long overawed us. It flies -- it disappears -- we are free. The old energy returns. We will labor now. Alas, it is too late!

We stand upon the brink of a precipice. We peer into the abyss -- we grow sick and dizzy. Our first impulse is to shrink from the danger. Unaccountably we remain. By slow degrees our sickness and dizziness and horror become merged in a cloud of unnamable feeling. By gradations, still more imperceptible, this cloud assumes shape, as did the vapor from the bottle out of which arose the genius in the Arabian Nights. But out of this our cloud upon the precipice's edge, there grows into palpability, a shape, far more terrible than any genius or any demon of a tale, and yet it is but a thought, although a fearful one, and one which chills the very marrow of our bones with the fierceness of the delight of its horror. It is merely the idea of what would be our sensations during the sweeping precipitancy of a fall from such a height. And this fall -- this rushing annihilation -- for the very reason that it involves that one most ghastly and loathsome of all the most ghastly and loathsome images of death and suffering which have ever presented themselves to our imagination -- for this very cause do we now the most vividly desire it. And because our reason violently deters us from the brink, therefore do we the most impetuously approach it. There is no passion in nature so demoniacally impatient, as that of him who, shuddering upon the edge of a precipice, thus meditates a Plunge. To indulge, for a moment, in any attempt at thought, is to be inevitably lost; for reflection but urges us to forbear, and therefore it is, I say, that we cannot. If there be no friendly arm to check us, or if we fail in a sudden effort to prostrate ourselves backward from the abyss, we plunge, and are destroyed. [...]


[Homenaje a Poe en La Parada de los Monstruos]