16.1.12

El cementerio de Prag...zzzzzzzzz

[Disimula ahora como diciendo "¿He sido yooo?" desde las alturas del Círculo de Bellas Artes]

Todo se derrumba a mi alrededor al envejecer, hasta el pedestal al que había encumbrado a Umberto Eco se desmorona. ¿Qué necesidad tenía el genial octogenario de meterse en una nueva novela que bucea en sus obsesiones de siempre? Por dios Umberto, gástate los royalties de El Nombre de la Rosa en tratamientos termales o un viaje iniciático al Tibet, pero date un respiro. El doble, o el yo visto desde fuera, o el desdoblamiento del ser, juego de espejos, heterónimos o como lo quieras llamar ya se había demostrado inoperante e inane en La Isla del Día de Antes. Ahora, por si fuera poco, ha hecho un cocktail de dudoso resultado con otro tema que ya en El Péndulo de Foucault me había arrancado lágrimas a fuerza de bostezar, el del apocrifismo sedimentado sobre plagio, invención, fábula y mixtificación. Que sí, que da lo mismo que Abulafia genere una falsa historia sobre Rosacrucianos que se torna real o que el nieto de un falso carbonario antisemita termine componiendo Los Protocolos de Sión y Hitler se lo crea: está claro, nuestras creencias, hasta las más sencillas, no son más que la decantación de mil historias e interpretaciones. No contienen verdad, las hacemos verdad a fuerza de creer. ¿Pero eso no se podía demostrar de manera más amena, interesante y sucinta? El libro es tan aburrido que al final uno sólo quiere salir del discurso machacón de Simonini, y el mensaje se pierde - a menos que el mensaje sea que los antisemitas son tannnn cansinos, que sólo por no quedar atrapado en su tedioso monotema, hay que tenerlos lejos. Un petardo de libro, y encima se lo regalé a mi pobre padre, santa paciencia la de mi progenitor.

14.1.12

Strange days


[No tiene nada que ver con la necesidad]

Ábrelos, ábrelos despacio.
Di, ¿qué ves?. Dime, ¿qué ves? ... ¿si hay algo?;
un manantial breve y fugaz entre las manos.
Toca afinar, definir de un trazo ...
Sintonizar, reagrupar pedazos ...
en mi colección de medallas y de arañazos.
Ya está aquí ...
¿Quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador ...?
¿Quién iba a decir que sin carbón no hay reyes magos. ..?
Aún quedan vicios por perfeccionar en los días raros,
los destaparemos en la intimidad con la punta del zapato.
Ya está aquí ...
¿Quién lo vio bailar como un lazo en un ventilador ...?
¿Quién iba a decir que sin borrón no hay trato ...?
El futuro se vistió con el traje nuevo del emperador.
¿Quién iba a decir que sin carbón no hay reyes magos ...?
Nos quedan muchos más regalos por abrir,
monedas que al girar ... descubran un perfil.
Ya empieza el celofán ... y acaba en eco.

[Vetusta Morla, Los Días Raros]

13.1.12

13 - The secret voice

[Maugham en su escritorio, 1936]

A character in a writer's head, unwritten, remains a possession; his thoughts recur to it constantly, and while his imagination gradually enriches it he enjoys the singular pleasure of feeling that there, in his mind, someone is living a varied and tremulous life, obedient to his fancy and yet in a queer wilful way independent of him. But when once that character is set down on paper it belongs to the writer no more. He forgets it. It is curious how completely a person who may have occupied your reveries for many years can thus cease to be.

[W. SOMERSET MAUGHAM 1993 Cakes and Ale. New York: Penguin. Pg. 5 (from the Author's preface)]

6.1.12

Tropezando con versos, con palabras

[Volver del trabajo en tren es agotador. Pero de pronto un atardecer así lo cambia todo]

Le long du vieux faubourg, où pendent aux masures
Les persiennes, abri des sécrètes luxures,
Quand le soleil cruel frappe à traits redoublés
Sur la ville et les champs, sur les toits et les blés,
Je vais m'exercer seul à ma fantasque escrime,
Flairant dans tous les coins les hasards de la rime,
Trébuchant sur les mots comme sur les pavés
Heurtant parfois des vers depuis longtemps rêvés.

Ce père nourricier, ennemi des chloroses,
Eveille dans les champs les vers comme les roses;
II fait s'évaporer les soucis vers le ciel,
Et remplit les cerveaux et les ruches le miel.
C'est lui qui rajeunit les porteurs de béquilles
Et les rend gais et doux comme des jeunes filles,
Et commande aux moissons de croître et de mûrir
Dans le coeur immortel qui toujours veut fleurir!

Quand, ainsi qu'un poète, il descend dans les villes,
II ennoblit le sort des choses les plus viles,
Et s'introduit en roi, sans bruit et sans valets,
Dans tous les hôpitaux et dans tous les palais.


[Charles Baudelaire, "Le Soleil" ]

3.1.12

The life of others


[Acabo de ver La vida de los otros (2006) y hacía mucho que no lloraba tanto con una película. Empieza un año horrible, tengamos esperanza.]

An jenem Tag im blauen Mond September
Still unter einem jungen Pflaumenbaum
Da hielt ich sie, die stille bleiche Liebe
In meinem Arm wie einen holden Traum.

Und über uns im schönen Sommerhimmel
War eine Wolke, die ich lange sah
Sie war sehr weiß und ungeheuer oben
Und als ich aufsah, war sie nimmer da.

Seit jenem Tag sind viele, viele Monde
Geschwommen still hinunter und vorbei.
Die Pflaumenbäume sind wohl abgehauen
Und fragst du mich, was mit der Liebe sei?

So sag ich dir: Ich kann mich nicht erinnern
Und doch, gewiß, ich weiß schon, was du meinst.
Doch ihr Gesicht, das weiß ich wirklich nimmer
Ich weiß nur mehr: ich küßte es dereinst.

Und auch den Kuß, ich hätt ihn längst vergessen
nicht die Wolke dagewesen wär
Die weiß ich noch und werd ich immer wissen
Sie war sehr weiß und kam von oben her.

Die Pflaumenbäume blühn vielleicht noch immer
Und jene Frau hat jetzt vielleicht das siebte Kind
Doch jene Wolke blühte nur Minuten
Und als ich aufsah, schwand sie schon im Wind

[Bertold Becht (1927) Erinnerung an Marie E.]