[Yo quiero ser la rata] Estos día de trabajar mucho y sufrir más (porque no puedo abarcar todo lo nuevo y estoy hundida en una especie de pantano laboral que tiene mal aspecto) he ido teniendo pequeñas revelaciones. Al menos en esta nueva etapa los voy apuntando:
1.-Un sistema benigno se desestabiliza en un segundo: las cosas cambian en el momento más inesperado tanto para bien como para mal. Tienes tu clientela aparentemente fiel, abren un bar enfrente y se vacía el tuyo. No sabes si mañana cerrarán la oficina, de pronto te cae un proyecto nuevo y amplias un tercio tu negocio.
Es decir, la estabilidad no existe, todo cambia todo el tiempo, "Life is a curve, where are you on it?"
2.-Sólo si das de más puedes recibir algo, pero si no arriesgas puedes también perder eso: uno puede trabajar 10 horas diarias, los fines de semana, estar embarrado en mil historias. Consigue un ascenso mínimo para que le caiga más carga aún. Y a los 3 días un compañero que trabajaba menos dice que ha encontrado trabajo en la competencia por muuucho más dinero.
Es decir, lo importante es trabajar eficientemente para uno mismo.
3.-Lo caro no es necesariamente mejor: en la Europa globalizada, ser ciudadano de un país hundido en la miseria y con sueldos de miseria puede llegar a compensar. Los hay mejores pero son mucho más caros. Mi precio era más razonable, y si logro salir de este atolladero inicial podría incluso aprender algo. Y lograr dar el salto del punto 2.
Es decir, ganar menos puede ser una ventaja (no estoy muy segura de esta consecuencia...)
4.- Se puede ser obstáculo y solución a la vez: en mi anterior puesto solucionaba algunas cosas, las sacaba adelante. Pero ¿para cuantas otras he sido obstáculo? He hecho cosas mal que otros podrían haber sacado adelante, y ahora que acabo de empezar ocurre lo mismo: los que querían el puesto están frustrados porque tienen virtudes que podrían hacer funcionar las cosas pero lo tengo yo, y tal vez yo sea capaz de solucionar cosas que ellos no podrían.
Es decir, es inútil juzgarse en términos absolutos. Jamás estamos sólos bajo el microscopio.