[No es la mejor foto, pero me hace tanta gracia...]Animales. Son tan parecidos a nosotros, y por suerte tan sencillos... Odio tanto como me intriga la complejidad humana, y ese estorbo que son las palabras. Lo que leemos, lo que expresamos (a tientas, generalmente), lo que callamos... ¿Cómo no nos volveremos locos en esos mundos inventados que cada uno creamos en nuestro cerebro?
No necesitan hablar y nos entienden. Saben qué hacer.
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