10.2.10
¿Pero qué me pasa?
Debo estar transtornadísima, segunda noche consecutiva que sueño con Bones, no lo entiendo. Esta vez participaba en un experimento para resolver un crimen y Sweets me inyectaba veronal en el brazo para que me durmiera. Así que ha sonado el despertador y aunque lo oía me estaba diciendo a mí misma: estás bajo una dosis de veronal y no te puedes levantar. Los trucos que usa el cerebro para salirse con la suya son asombrosos. No creo que lo de la jeringuilla se pueda relacionar con el famoso sueño de la inyección de Irma que el propio Freud tuvo, si hubiera algo sexual de por medio habría sido más explícito a estas alturas.
¡Es que no me daba la gana salir de la cama!
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