Llevo un rato leyendo ediciones electrónicas de periódicos (mientras escucho Adore, un disco de Smashing Pumpkins que me encanta, pero que tengo que administrar con cuidado. Es como una nube lúgubre que se te mete dentro y no hay quien saque). Me gustaría entender qué ocurre de verdad en Osetia, porque apenas he seguido las noticias este fin de semana y un día ví los bombardeos georgianos y al siguiente los rusos. Las caras de los bombardeados no cambian con el viento, eso queda claro en las fotos. Parece que Georgia ha tratado de apagar un fuego con la gasolina que le pasa Rusia, poniéndole en bandeja a Medvedev y Putin lo que buscaban: poder dar el puñetazo en la mesa . Los rusos se están poniendo en el mapa poco a poco, y enganchados de la aleta de China (el devorador de recursos del futuro) han subido a la superficie justo cuando la goleta norteamericana parece zozobrar en una crisis de legitimidad, liderazgo y finanzas.
Un artículo del Financial Times me ha dejado pensando, es cierto que el futuro que nos prometíamos no era tan negro petróleo como se ha puesto. Pero es que todos han aprendido de Estados Unidos perfectamente y ya le saben ganar la partida en su propio terreno. ¿Cómo no sentirse imbécil cuando se baja al contenedor la basura reciclable? Nos mienten, el futuro no está en las manos del individuo y sus pequeñas acciones, es una pastilla de jabón que se agota y desliza en las manos resbaladizas de las neopotencias. Los chinos han empezado a escribir la historia a su manera, no se me olvida el número de la imprenta en la ceremonia de inauguración de los juegos (¿será posible que no haya un sólo vídeo decente de la ceremonia en youtube? ¿Ahora también nos censuran a nosotros?)
[Luego dicen que Vonnegut era pesimista...]
Algunos enlaces:
Medvedev sobre EEUU
Artículo de The Economist
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