Aparte de ser una canción de Los Modelos que en tiempos versionó Púlsar (desaparecido, pero no olvidado), una tarde de lluvia en Madrid era algo necesario. La primavera adelantada me ha devuelto las fuerzas perdidas, pero la nube tóxica en la que hemos vivido la última semana empezaba a ser sofocante. Uno no es consciente del aire irrepirable que nos tragamos hasta que ve la ciudad desde lejos como si estuviera envuelta en una tormenta de hollín.
[En los edificios vecinos la gente pasa el domingo en el salón]
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