26.10.08

Ya lo pensaré mañana


[Enough sentimental trash for the moment - let's go for something harder]

Bueno, he pasado el fin de semana de boda y me he relajado un poco (parece que me hubiera comido un disco de David Bustamante), pero ya estoy volviendo en mi. He vuelto con ganas de escuchar música y he terminado en el sitio de The Disciplines (grupo que conozco por el Pura Vida de hace un mes). No conozco nada del rock nórdico (si esto se puede llamar así, y si tener a un ex miembro de The Posies no lo invalida), pero hay un par de bandas que me gustan aparte de esta: Hellacopters y The Hives. Y hoy me siento con ganas de saltar hasta agotar toda la energía que tengo en el cuerpo. Un efecto secundario del fin de semana de estímulos variados que he tenido.

En realidad la semana entera ha sido una sucesión de sobresaltos. Cursos en inglés con gente de 6 países , entrevistas de trabajo (mañana más), catarro, horas extra...se puede resumir en que continúa la desintegración de mi pequeño castillito de arena. Cuando no le doy patadas yo misma viene una ola y devora lo que aún estaba en pie. Y eso sólo me hace sentir más viva. Por fin. Hasta el punto que he dejado de fantasear con los euromillones - durante un tiempo me parecía que sólo semejante espaldarazo del destino podía reflotarme. La única razón por la que lamento ahora no tenerlos en mi cuenta es por el Maserati Granturismo que me tiene enamorada (The Cardigans es otro grupo nórdico que no me parece mal, hablando de Gran Turismo).

Maserati, Posies... todo parece dirigirme al mismo problema sin resolver como la vista se dirige a la única persona de la multitud con la que de veras se quiere hablar. Los sueños tienen sentido mientras no se pueden alcanzar. De lejos todo es perfecto, de cerca se perciben las grietas, las manchas de humedad, el papel levantado en las esquinas y ese olor rancio a pis de ratón y polvo. Alguien me contó su experiencia en el concierto que Queen (Paul Rodger sustituye a Mercury) dió en Barcelona el miércoles: toda la vida había deseado verlos en directo, pero no estuvieron a la altura de sus expectativas. Y no porque se les haya olvidado tocar o por el cambio de cantante, creo que es porque miraba con ojos de adulto un sueño adolescente realizado.

Creo que ambos nos hemos especializado en llegar a los límites de la consecución para retroceder después. Es más fuerte el deseo de mantener nuestras fantasías que el de alcanzarlas. Puede que me equivoque en su caso (al fin de al cabo él estaba en el Palau Sant Jordi), pero de mí sé que soy the queen of procrastrination. Y es algo tan mío que me cuesta dejarlo atrás, por más fuertes que sean mis deseos de empezar de cero cada día. Parece que hay algo más que arena sosteniendo los muros de mi pequeño castillo.

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