25.12.10

Mañana de Navidad

[Hela aquí, la auténtica cama Resfort de la que he disfrutado esta noche]

Es raro volver a casa de los padres por Navidad. Desde que sólo mis hermanos pequeños (bueno, pequeños: tiene 23 y 28 años) están en casa y han invadido que el espacio que hemos dejado el resto, ya no tengo cuarto, así que mis padre tuvieron que hinflar el colchón Resfort para mí. Esto de la cama hinchable me hace mucha gracia, yo pensaba que no era más que una ficción publicitaria, pero desde hoy puedo afirmar como usuaria que es posible dormir en algo así.

Como en muchas otras familias Nochebuena y Navidad ya no tiene mucha relevancia religiosa en la celebración que hacemos. Y desde hace un par de años hemos conseguido incluso no ver la televisión (eterno Raphael sudando en pantalla, qué pereza) y hacer algo distinto después de la cena, en la que tampoco comemos tanto como antaño, ni estamos tan empingorotados. Me pregunto si las familias españolas somos especiales en esto, en estar llenas de hijos de 30 años que todavía van a cenar a casa sin involucrar a sus parejas, y sin hijos. Son Navidades para padres mayores con hijos viejos. Menos mal que los pequeños de la mía aún tiene un poco de imaginación y nos hicieron tener puestas diademas de renos durante toda la velada.

[Ésta corresponsal de guerra escribiendo en el portátil de mi hermana con el gorro de pensar puesto. Atención al papelico "pofesional" con que mi hermana ha bloqueado la webcam]

Por la mañana siempre suele ocurrir lo mismo, me levanto un poco antes que mis hermanos y saco a la perrita después de desayunar. El día ha sido muy frío en Madrid, pero se estaba bien al sol, que lucía radiante. Había bastante gente en el paseo de Recoletos. Unos iban a comer a casa de los familiares a los que no vieron ayer, otros jugaban con sus hijos, algunos ancianos estaban sentados al sol mientras la perrita y yo íbamos de árbol en árbol. Algunas veces sentir paz unos minutos es suficiente para justificar estas fiestas.

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