Sí, es martes. Y martes significa 3 horas de contabilidad del tirón.
Una clase infernal tras un día infernal es el broche perfecto. Ya lo he dicho y pensando tantas veces que empieza a perder el sentido: ¿era la mejor idea empezar algo estresante cuando mi estrés diario ya estaba al límite? Estoy intentando decidir si me suicido, dimito, dejo el curso o apago la tele y me voy a la cama.
De todos modos mañana también se reedita el infierno - es curioso, justo ahora veo en la tele ese episodio de Buffy Cazavampiros en el que Giles termina convertido en demonio fyral después de un mal día. Todo está conectado, pero para mal.
[Sólo me falta semejante despertar mañana]
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