Ahora que tengo una tarjeta de 8Gb para mi móvil me pregunto cuál será la capacidad real del cerebro humano para acumular información. Si llenara la tarjeta con fotos que yo misma he tomado, seguramente sería capaz de recordar cada una y en qué momento se tomó. Cierto es que no puedo recuperar la misma información que la propia tarjeta, en la que cada punto de luz de la instantánea ha quedado grabado y se reproduce tal cuál ocurrió: mi cerebro se ha quedado con una imagen mucho más simplificada, 3 o 4 detalles claves y un adjunto de información emocional sobre el momento que no podrá ser reproducido en píxeles nunca. Lo curioso es cómo, pasado el tiempo, el adjunto suele desaparecer, y uno sólo es capaz de recordar lo que ve en la fotografía, y eso porque ha visto la fotografía, no porque quede rastro del momento. Pero el cerebro contiene mucho más que las cosas vistas, almacena principalmente lo que aún desconocemos saber.
La memoria siempre ha sido un misterio para mí. Buscando fotografías para esta entrada me topé con la frase "the gift of memory is a curse", y estoy totalmente de acuerdo. Tengo una memoria bastante buena y bastante caprichosa al mismo tiempo. Recuerdo datos de las vidas de mis amigos, recuerdo frases que he leído, recuerdo detalles que en buena lógica debería haber olvidado, pero se me han olvidado otras mil cosas que he aprendido (o tal vez sólo esperan "la mano de nieve que sepa arrancarlas"). Siempre que tengo uno de esos momentos de brillantez mnemotécnica causo una mezcla de estupor y sorpresa, pero al mismo tiempo me siento sola, ¿soy la última persona que guarda esos datos? Los ordenadores y las Mini SDs han arruinado mi vida, por no hablar de la wikipedia. Mis habilidades son perfectamente redundantes en un humano.
Con este desperdicio de facultades que la tecnología ha hecho de mí se puede enlazar una conversación que tuve el otro día en el trabajo. Yo dependo tanto de la memoria en mi aprendizaje que me cuesta mucho más aprender, no mucho menos. No es que tenga que empollarme las cosas como el que estudia una oposiciones a notaría. Pero tengo mucha resistencia a hacer cosas por primera vez porque no tengo registros previos y me siento más perdida que alguien que funciona a base de trial/error y asimila los procesos según ocurren. Una vez que por fin he hecho algo es difícil que se me olvide, la memoria me ayuda en la deducción. Tampoco es que no tenga capacidad de análisis (por suerte es otro de mis puntos fuertes), pero la memoria me lastra a menudo, tanto en el trabajo como en la vida. Hay quienes viven como si todo empezara cada jornada. A veces pienso que yo vivo mi vida entera de la mañana a la noche.
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