Convertirse en Bartleby
[En una calle cualquiera de una ciudad desconocida. 10) No ir a la oficina aun me hace vivir más aislado de lo que ya estaba. Pero no es ningún drama, todo lo contrario. Tengo ahora todo el tiempo del mundo, y eso me permite fatigar (que diría Borges) anaqueles, entrar y salir de los libros de mi biblioteca, siempre en busca de nuevos casos de bartlebys que me permitan ir engrosando la lista de escritores del No que he ido confeccionando a través de los años de silencio literario.[Enrique VILA-MATAS (2002) Bartleby y compañía. Barcelona: Anagrama. Pg. 43]
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